El delegado de Cultura en Huelva, Ángel Romero, ha visitado esta mañana junto a la alcaldesa de Santa Bárbara de Casa, Gonzala Gómez, el yacimiento arqueológico de Cumbres de la Zarcita. Durante el recorrido, el delegado provincial ha manifestado “que estos yacimientos arqueológicos constituyen uno de los legados patrimoniales más significativos e importantes de la provincia onubense”.
Asimismo, ha valorado el trabajo que realizan desde el Ayuntamiento de Santa Bárbara de Casa, en la figura de su alcaldesa “en velar por el patrimonio de la zona”. El delegado ha anunciado que en breve se mantendrá una reunión en la que intervendrán el Ayuntamiento, la Consejería de Cultura y los propietarios “con la intención de llegar a un acuerdo de cesión de uso, que permita la puesta en valor del yacimiento para hacerlo visitable”.
En primer lugar, han visitado la necrópolis de la Zarcita, asociada al poblado fortificado del Cabezo de los Vientos, que se sitúa a 5 kilómetros al suroeste de Santa Bárbara de Casa. La necrópolis está compuesta por cuatro sepulcros de falsa cúpula (Cabezo del Molino, Cabezo del Tesoro, Suerte del Bizco y Charco del Toro). Los sepulcros de la Zarcita y Suerte del Bizco fueron excavados en 1946 por Carlos Cerdán. En la década de 1980 Fernando Piñón Varela excavó el poblado de Cabezo de los Vientos y los sepulcros de Cabezo del Molino, Suerte del Bizco y Charco del Toro.
A continuación, han recorrido el poblado del Cabezo de los Vientos que se ubica en una colina dominante de las Cumbres de la Zarcita. Ocupa un emplazamiento estratégico, desde el que se controlaba visualmente los recurso explotados y espacios de trabajo del entorno, las vías de comunicación, así como los sepulcros megalíticos dispuestos a su alrededor.
El asentamiento presenta dos períodos diferenciados. En una primera fase de ocupación, de fines del IV e inicios del III milenio a.n.e. -antes de nuestra era-, en este lugar residía una pequeña comunidad campesina que habitaba en cabañas, estando el poblado desprovisto de fortificación. En un momento indeterminado de la primera mitad del III milenio a.n.e. se produjo la reestructuración del poblado, construyéndose el recinto fortificado y la necrópolis megalítica, quizás como consecuencia de la necesidad de reafirmar esta comunidad la apropiación de este territorio ante comunidades aledañas.
Este yacimiento está recogido en la publicación ‘Territorios, paisajes y arquitecturas megalíticas. Guía del megalitismo de la provincia de Huelva’, recientemente presentada por la Consejería de Cultura.