(Texto y fotos: José A. Mayo) Desde hace algún tiempo los amigos de lo ajeno han incluido en sus actividades delictivas el robo de las tapas de las arquetas y rejillas del saneamiento público, suministro de agua y alumbrado público. Estos robos que se están produciendo de manera sistemática en diferentes urbanizaciones de Mazagón, han aumentado considerablemente en los últimos meses.
Primero empezaron a desaparecer las tapas y rejillas de las zonas poco habitadas e iluminadas, y donde la presencia policial es prácticamente nula, extendiéndose después a otras zonas céntricas como la Avenida Conquistadores.
El robo de estos materiales es muy preocupante, y no solo desde un punto de vista económico, que es algo que al final terminamos pagando todos, sino del riesgo que estos huecos descubiertos constituyen para las personas, ya que pueden sufrir un accidente de consecuencias imprevisibles.
Ya es algo habitual pasear por una calle de Mazagón y ver los huecos de las arquetas tapados con palés de madera, cuando los servicios implicados deberían actuar con rapidez para reponer las piezas sustraídas y evitar así el peligro que presentan para las personas
No estaría de más que las empresas responsables tomaran nota de las medidas que han adoptado otras ciudades, como es la sustitución de estas tapas por otras fabricadas en composite, un material de fibra de vidrio y resina capaz de soportar 40 toneladas de peso.