En el marco del Curso de Verano Radicalización, Terrorismo Yihadista y Combatientes Extranjeros, celebrado esta semana en el Campus de La Rábida, hemos contado con el testimonio de uno de los combatientes extranjeros que hoy en día se movilizan a zonas de conflictos como es el caso de Ucrania, Irak, Siria o Libia, entre otros.
La vicerrectora del Campus de La Rábida, Yolanda Pelayo; acompañada por la directora del curso Radicalización, Terrorismo Yihadista y Combatientes Extranjeros, Inmaculada Marrero, de la Fundación Euroárabe de Altos Estudios, y por el combatiente extranjero Housam “Sam” Najjair; han presentado en rueda de prensa dicho curso.
Najjair, como mejor exponente de lo que es vivir en primera persona esta experiencia, ha trasladado a los presentes sus vivencias como combatiente en Libia durante el verano del 2011, “al terminar de mi intervención en Libia me hice la promesa de recorrer el mundo contando lo que allí vivimos con el único objetivo de homenajear a mis compañeros caídos, y por eso escribí también mi libro ‘Sodier for Summer’, dónde relato todo lo acontecido esos meses”.
Si algo destaca el combatiente de su experiencia con el contacto con los alumnos es “lo orgulloso que me siento de que las nuevas generaciones estén deseosas de conocer más, no se conforman con las historias que cuentan los académicos sobra la raíz de este problema o con lo que les llega a través de los medios de comunicación, ellos quieren conocer las historias humanas, que es donde se detecta que no todo es blanco y negro en estos conflictos y que hay mucho más que contar”.
Housam hace hincapié e insiste en que, “ me he mantenido siempre en un término medio, yo no fui a luchar por una yihad ni por ningún idealismo parecido, sino por la necesidad que sentía de proteger a los míos, y no era el único, el perfil de los combatientes era muy variado, pero todos convivíamos y luchábamos juntos por un ideal, por justicia, y eso nos convirtió en hermanos”.
Hay que recordar que Housam «Sam» Najjair aunque nació en Dublín, de madre irlandesa y padre libio, siempre ha estado muy unido a la cultura del país de origen de su padre, incluso procesa la religión musulmana. Es por esto que en junio de 2011, como el país de origen de su padre estaba siendo desgarrado por la guerra civil, tomó la decisión de unirse a la revuelta contra el dictador Gadafi, donde se convirtió en el comandante de una unidad del Ejército de Liberación Nacional de Libia, “una experiencia inolvidable que liberó a un país y que me transformó para siempre”, ha concluido el autor de ‘Summer for Soldier’.
Respecto a la situación actual de Libia, Najjair ha comentado que “como en cualquier proceso de pos liberación, siempre hay un tiempo de caos y de anarquía, es como cuando un niño que empieza a andar, sus primeros pasos son dubitativos hasta convertirse en firmes, pero creo que en el pueblo libio y aunque los primeros pasos son difíciles estoy convencido de que llegaran a conseguir un estado democrático, sano, libre y en paz”.
Por otro lado, Inmaculada Marrero, como directora del curso, ha querido destacar el objetivo con el que ha sido diseñado el mismo, “básicamente queríamos aclarar a los alumnos conceptos como yihadista, combatiente extranjero o proceso de radicalización, entre otros, para proporcionarles los instrumentos y conocimientos necesarios sobre el origen, tipología y caracterización de estos actores de conflictos”. Para lograr este objetivo han decidido diferenciarse del resto de cursos de parecida temática, “hemos contado con un profesorado formado en minoría por académicos, apenas el 30%, y el resto por ponentes que han estado implicados directamente en conflictos, bien sea como combatientes, o representando a fundaciones e institutos que en las que trabajan antiguos combatientes extranjeros y que hoy, participan activamente en programas de desradicalización islamista”.
Yolanda Pelayo ha destacado en este sentido la importancia de que se realicen cursos de este perfil, “los temas de terrorismo están tristemente tomando protagonismo, son problemas de base ideológica que se han convertido en problemas estructurales que van a perdurar en los próximos años y aunque no haya visos de solución a corto plazo, hay que intentar atajarlos cuanto antes”.