15 enero 2025

El paripé

Nacho Fernández

En estos días hemos asistido a la puesta en escena de ese “pacto social” conformado por el Gobierno, CEOE, CEPYME y los sindicatos UGT y CCOO, donde se han plasmado, junto con la reforma de las pensiones, los acuerdos que habían establecido, hace ya casi un año, en un foro similar.

Y mientras tanto, el paripé, todos a aparentar que se ha estado haciendo algo: el Gobierno edulcorando las reformas para hacérnoslas tragar más fácilmente y estos dos sindicatos amenazando con la estaca de la huelga general y diversos conatos de encierros, sin olvidarnos de la patronal “tirando por elevación” en unas pretensiones reformistas que lo que en realidad implican es una ingente pérdida de derechos laborales y sociales de la clase trabajadora.

Nos podríamos preguntar: ¿Qué pintan estos dos sindicatos entrando a negociar una pérdida de derechos de los trabajadores? La respuesta es muy simple: la suculenta tajada económica, una más de tantas, que se van a llevar de este acuerdo.

Sin entrar en exposiciones exhaustivas de cifras, la felonía les va a reportar a estos sindicatos poder entrar en el reparto de la tarta de las Políticas Activas de Empleo, que se estima en cerca de 10.000 millones de euros, cuyas tajadas que se repartirán “fifty fifty” con la patronal.

En resumen, otro pesebrazo más a detraer de nuestra maltrecha economía, a sumar a tantos y tantos que reciben de gobiernos central y autonómicos. Por citar algunos ejemplos, ahí tenemos el 8-10% que se llevan de los ERES. El 10% de los cursos de formación que administran, en muchos casos, de forma torticera para ganar afiliación y sin tener que dar ninguna justificación por ello. El 2% de la gestión de los planes sociales de pensiones. Fundaciones sindicales fuertemente subvencionadas y de dudosos fines. Amén de la participación en consejos de administración de Cajas de Ahorro. Y un largo etcétera de gabelas, prebendas y subvenciones a fondo perdido que los ha llevado a una metamorfosis que ha supuesto pasar, de supuestos adalides de la defensa de los trabajadores, a meros gestores de ingentes fortunas que reciben de nuestros impuestos.

Todo esto con un panorama de casi cinco millones de desempleados, según cifras oficiales, muchos de ellos rayando en el umbral de la pobreza y casi de la miseria. No me extraña que intenten excluir, a pesar del derecho reconocido judicialmente que nos asiste, a nuestro sindicato de sus mesas de negociaciones y que se opongan a una reforma sindical tan necesaria. No quieren testigos que les fiscalicen, desde el oscurantismo realizan mejor sus trapacerías.

Dejo la pregunta en el aire: ¿Qué sería de estos sindicatos si se tuvieran que mantener de las cuotas de sus afiliados?

Volviendo al meollo del asunto, la reforma de las pensiones y prolongación de la vida laboral hasta los 67 años, supone además un recorte de las mísmas estimado en más de un 20%, producto de pasar el periodo de cómputo de las cotizaciones de los 15 años actuales a los 25 últimos años que pretende la reforma ¿Por qué no actualizan en ese cómputo el valor de los salarios a la fecha de la jubilación para hacer el cálculo? El aumento de los años necesarios para tener derecho al 100% de la pensión hará que una gran mayoría de los trabajadores no puedan acceder a ella.

Todo ello se ha fraguado en un escenario de mercaderías donde se han mezclado parte de la reforma laboral, con las pensiones, la prolongación de la vida de las nucleares y más cosas que sospecho que no van a salir a la luz. ¿Es esto serio? El acuerdo, cómo no, se ha plasmado en una mesa, no de negociación, sino en una de mantel y cubiertos, como no podía ser menos.

Y de postre, el ínclito Chaves de nuestras entretelas, las suyas son otras “telas”, se despacha diciendo: «Sabemos lo que queremos y a donde queremos que vaya España, a un futuro más despejado con una economía mas competitiva y sostenible y a acrecentar las conquistas sociales del Estado del Bienestar del que hemos sido uno de los principales constructores». ¡Toma ya conquista social y estado del bienestar con cinco millones de parados! Esto lo dice el que ha sido gestor y nos ha dejado una comunidad autónoma que tiene tiene en su haber tres de las cuatro provincias con mayor tasas de desempleados de España, una de ellas la nuestra.

Continuando con los desahogos verbales, ahí tenemos el del inefable Pepiño Blanco, nuestro ministro de Fomento y otras hierbas aromáticas, sí, ese de la estación de Calatrava y de la autovía de enlace con la Ruta de la Plata, que ahora nos ha cambiado por una simple carretera de circunvalación. Este señor va y nos suelta: “Ahora tenemos que comprar viviendas”. Vamos a ver, señor Blanco, no nos tome más el pelo, que la inmensa mayoría de nuestra población es más inteligente que usted y tiene más preparación, tanto académica como intelectual ¿Con qué dinero van a comprar una vivienda los jóvenes que quieran independizarse? ¿Quienes le darán los créditos hipotecarios, las Cajas de Ahorros a punto de ser intervenidas por el Banco de España por su lamentable estado? ¿Con qué salarios van a pagarlos los desempleados? Desde luego, la precariedad intelectual y moral de estos gobiernos no tiene parangón en los países de Occidente.

Al final vamos a lo mismo, unas reformas que hacen pagar y empobrecen más a los colectivos más desfavorecidos económicamente y unas declaraciones que solo contribuyen a cabrear más al personal. ¿Es esto socialismo?

En lugar de plantear una reforma en profundidad de la Administración que han creado, duplicándola con enchufismos y amiguismos, colocados en ella por la puerta de atrás, muchos de ellos con suculentos emolumentos. Y todo ello en detrimento de quienes se han dejado las pestañas preparando oposiciones. Ahí está el “decretazo” de la Junta de Andalucía, que ha generado las multitudinarias protestas de los funcionarios públicos al pretender colar, “de matute”, a 25.000 enchufados en nuestra comunidad autonómica. Eso sí, con la anuencia de CCOO y UGT y los insultos de nuestro convecino Mario Jiménez, todavía secretario general provincial y portavoz del PSOE en la Junta, quien tacha a los que protestan, en un alarde de talante democrático, de fascistas y batasunos. Llegando incluso a ser agredidos éstos en un acto en que participaba el mencionado señor, a quien por cierto se le desconoce curriculum académico alguno, ni desempeño laboral como no sea dentro del propio partido.

Habría que acabar, también, con tanta subvención presupuestaria a sindicatos, patronal y partidos políticos, nuestro sindicato lo viene propugnando desde siempre: que se nutran todos de las cuotas de sus afiliados y simpatizantes.

Este ingente despilfarro, tal como defiende nuestro sindicato, se debería destinar a crear empleo de calidad, empleo para nuestra juventud que, después de la enorme inversión en su formación académica, se verá abocada a la emigración a otros países que han gestionado mejor sus economías y que se van a ver favorecidos, en su desarrollo, con este precioso recurso humano. Éste sí que sería el garante verdadero del relevo generacional, de la supervivencia de nuestras pensiones y de un auténtico Estado del Bienestar.

La conclusión final es ésta, gracias a las desastrosas políticas de este Gobierno y a la complicidad de estos sindicatos, tendremos que volver, como en los años 60 (se acuerdan de la película: Vente a Alemania, Pepe), a la emigración a países más prósperos como la Alemania de Angela Merkel, esa que llamó Zapatero fracasada, ¿recuerdan? y a contribuir a que ellos se desarrollen, aún más, gracias a la pérdida irreparable de un activo humano tan necesario para nuestro país.

Vuelvo a la pregunta retórica: ¿Es el nuestro un estado del bienestar o lo es el de otros países, como por ejemplo Alemania?

Nacho Fernández es secretario provincial de Industria y Relaciones Institucionales de la Unión Sindical Obrera (USO).

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