[Rafael Pérez Unquiles].

Hay que felicitarse porque en esta ciudad se haya dejado de hablar, al menos durante unos días, de la inexistente estación del AVE. El relevo lo ha tomado el debate de los fosfoyesos, que no es otro que el de la presencia de la industria química en la avenida Francisco Montenegro. Sin embargo, en los tiempos que corren, donde en las oficinas del desempleo se acumulan decenas de miles de onubenses, hay que tener sumo cuidado con lo que se dice.  Porque aquí se puede exigir la retirada de las fosfoyesos, en eso estamos de acuerdo casi todos los onubenses, pero no el cierre de empresas. Si se opta por ese camino, garantizado que se pincha en hueso. Y esa es mala estrategia a las puertas de unas elecciones municipales.

El primero en traer la discusión de los fosfoyesos al primer plano de la actualidad fue el alcalde y candidato del PP a la Alcaldía de Hueva, Pedro Rodríguez, durante la conferencia que pronunció en el hotel Alfonso XIII de Sevilla dentro del Forum Europa, tribuna por la que están pasando los más destacados líderes andaluces. Días más tarde, concretamente el pasado fin de semana en presencia de Cristóbal Montoro, volvió a insistir en el tema. Y lo que Pedro Rodríguez dice es, por un lado, que los fosfoyesos hay que retirarlos y, por otro, que la solución que ha propuesto el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Juan Díaz Trillo, es decir, la de e¡tapar los fosfoyesos, es una chapuza. Creo que la postura del alcalde está bien clara.

Pues bien, después ha llegado la presidenta de la Diputación y candidata del PSOE a la Alcaldía de Huelva, Petronila Guerrero, quien acompañada del consejero Díaz Trillo -no del militante socialista-, ha expuesto su plan para los fosfoyesos. Y, según he leído en el diario Odiel Información, lo que propone es que las 1.200 hectáreas que actualmente se encuentran ocupadas por las balsas -para hacerse una idea aproximada de la superficie de la que estamos hablando hay que tener presente que el casco urbano de Huelva ocupa 1.100- es crear un parque empresarial, un centro de energías renovables, un parque urbano y una zona con instalaciones deportivas. Estupendo. Maravilloso. Extraordinario. Pero, ¿qué va a hacer con los fosfoyesos? Curioso que en el plan de doña Petronila no se incluya ni una palabra sobre los fosfoyesos. Al menos yo no la he leído. De modo que si habla, seguramente será poco.

Y otro misterio, en este caso puesto sobre la mesa en el programa ‘La Lupa’ de Canal Luz TV por el letrado Ramiro Guinea: ¿han preguntado a la dirección general competente si la Ley de Costas permite llevar a cabo la propuesta presentada a los onubenses? No vaya a ser esto como lo de los puentes y las cien maquetas de la inexistente estación del AVE y nos hayan vendido -otra vez- un proyecto que ni se puede ejecutar ni -lo que es más grave aún- ofrece solución alguna al grave problema de las balsas de fosfoyesos. Hay que estar alerta. Ya vale de tongos.