Qué paradoja celebrar el Día Internacional del Trabajo quienes son partícipes y por tanto corresponsables de la espantosa cifra de cinco millones de parados. Unos se van a Valencia porque la contestación popular en Madrid les da miedo, claro con apenas 8.000 personas manifestándose, según los datos más optimistas, en una región donde hay más de 600.000 parados, no me extraña que se hayan llevado su fracaso a esta ciudad levantina, aunque lo quieran justificar como un reflejo de la descentralización que existe en España, el fracaso en Madrid hubiera sido más estrepitoso. Había que verlos como corrían, como en una maratón, con prisa para terminar, parecían que iban huyendo de las críticas que les podían caer por su gestión. Me recordaban el desembarco de la Legión en Málaga en Semana Santa.
Los que lo han hecho aquí, en Huelva, provincia que encabeza el paro nacional, también se han llevado lo suyo con los trabajadores de Astilleros. Y digo lo suyo refiriéndome a la bronca, de lo otro que se hayan podido llevar ya saldrá pronto a la luz pública. Esos trabajadores que tantas y tantas veces han sido engañados por los políticos del PSOE y por estos sindicatos que han sido sus correveidiles, se han echado a la calle con pancartas reivindicando su desgraciada situación, algunas con foto muy explícita, no se olvida el mitín en la factoría pidiendo el voto para el partido en las elecciones europeas.
Y lo peor del caso parece ser que todavía no ha llegado, lo peor vendrá cuando Foret siga sin una solución, cuando para los trabajadores de Astilleros finalice esta prórroga del ERE, cuando sigan sin formación y sin cobrar o reciban unas migajas porque la jornada electoral es inmediata. No hacía falta tener una bola de cristal para predecirlo, nosotros lo venimos diciendo desde el principio de la famosa “hoja de ruta” y aún desde antes, no había más que mirarse en el espejo de Delphi. Por ello han procurado excluirnos de todas las mesas de negociación, no fuera a ser que las cañas se les tornaran lanzas.
Los manifestantes, si no hubieran asistido los trabajadores de Foret y Astilleros, habrían cabido todos en un taxi, supongo que los convocantes habrán tomado nota. Pero les da igual, seguramente sacarán pecho y justificarán el fracaso por la inclemencia del tiempo. Eso sí, unos se han despachado echándole la culpa a la reforma laboral de Zapatero, olvidándose que en las elecciones generales no se cortaron un pelo pidiendo el voto para el que ahora tanto vituperan. Le culpan de una reforma laboral en la que estos sindicatos participan activamente en su negociación, ya llevan años haciéndolo. Ya lo hicieron con la congelación de las míseras pensiones de nuestros mayores, con la reducción del 5% a los funcionarios, con la ley de reforma de las Pensiones y, sin ir más lejos, con el reciente decreto-ley de reforma de la Administración Andaluza, el llamado “decretazo”, que infla la administración de amiguetes y enchufados, todo a costa de nuestros impuestos.
Todos estos trágalas les han supuesto los varapalos electorales que se están llevando, a unos en las sindicales y a los otros, predeciblemente, en las de corte político. Sin embargo, al que no haya asistido a la farsa de hoy o no esté de acuerdo con sus tesis, lo critican o lo llaman fascista. ¿Qué entenderán por fascismo estos indocumentados? Fascismo es el totalitarismo de ellos, el insulto y el gobernar a base de decretos, el sectarismo y el rodillo. Si no fuera por el apoyo económico que reciben de las Administraciones, ¿donde estarían estos sindicatos y qué sería de ellos si tuvieran que subsistir de las cuotas de sus afiliados? Este desmán, político de unos y sindical de otros, esperemos que lo remedien de una vez por todas las urnas.
No me he querido referir en ningún momento a los militantes de base de esos sindicatos, a los que reciben los palos en las huelgas, a esos que se dejan el pellejo en defensa de sus compañeros, ni tampoco a los políticos honrados de una u otra tendencia, que los hay a montones. Me refiero a esa élite que encabeza manifestaciones, que viaja en primera, que va a los mejores restaurantes, que se aloja en los mejores hoteles y que viste de marca, esos que en su mayoría no tienen un curriculum laboral, pero que sacan pecho para salir en las fotos.
A los mártires de aquella huelga general del 1º de Mayo de 1886 en Chicago, aquellos que dieron sus vidas por mejorara las infames condiciones laborales y que fueron preludio de todos los logros conseguidos por la clase trabajadora, se les deben de estar revolviendo las tripas en sus tumbas contemplando como han pervertido su memoria en este día.
Nacho Fernández. Secretario provincial de R.R.I.I y Comunicación de USO Huelva.