Asaja-Huelva ha realizado un llamamiento a sus socios agricultores para que registren y documenten lo más pormenorizadamente posible todas las pérdidas provocadas por las cancelaciones o descensos de pedidos y facturación sufridos como consecuencias de la llamada ‘Crisis del pepino’. Desde la semana pasada, y como consecuencia de las irresponsables e injuriosas declaraciones de la senadora de Salud de Hamburgo Cornelia Prüfer-Storcks, que achacó el brote de E.coli a una partida de pepinos con origen español, esta crisis afecta gravemente a toda la agricultura española y también a la onubense.
Dado que tanto desde el Gobierno español como por parte de Bruselas y de la propia canciller alemana Angela Merkel se han anunciado posibles ayudas para compensar las pérdidas económicas provocadas por el descrédito ocasionado por el país germano, Asaja-Huelva avisa a sus socios para que estén preparados y dispuestos a presentar las pruebas que certifiquen los daños económicos sufridos y así poder obtener la justa compensación que, si no restaurará la confianza perdida por los consumidores europeos, al menos pueda contribuir a paliar los daños financieros.
Igualmente, Asaja-Huelva anuncia que a principios de la semana próxima se dirigirá tanto a la Subdelegación del Gobierno de España como a la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Huelva para que ejerzan su responsabilidad para con los onubenses y obtengan para los agricultores de esta provincia lo que justamente les corresponde por el daño sufrido.
La agricultura onubense continúa a día de hoy padeciendo el brutal retroceso del consumo de frutas, verduras y hortalizas en Europa. A comienzos de semana, Asaja-Huelva tuvo constancia ya de las primeras cancelaciones de pedidos de pequeños frutos, como frambuesas, por parte de países como Reino Unido, un producto que prácticamente se cultiva para su consumo en el norte y centro de Europa. El martes, las cancelaciones alcanzaban los 50.000 kilos de frambuesas en una sola cooperativa onubense, con unas pérdidas económicas de más de 200.000 euros.
Pero además, ciruelas, melocotones, arándanos o nectarinas fueron rechazadas en las fronteras de países como Holanda, Francia, Alemania, Polonia o Italia, en una maniobra que Asaja-Huelva sospecha más interesada que movida por la prudencia sanitaria. Recordemos, por ejemplo, que Italia comienza ahora su producción anual de melocotón, y la presencia del producto español, más temprano y de mayor calidad, es sin duda una competencia incómoda.
A día de hoy, las frutas producidas en Huelva continúan sufriendo las con¬secuencias derivadas del retraimiento de los mercados hacia el sello ‘Es¬paña’, fundamentalmente los arándanos, las frambuesas y frutas de hueso que en este momento están en pro¬du¬cción, por lo que las pérdidas son muy graves.