No sé por qué se extraña nadie de que a todos los fracasados electorales de Huelva –los alcaldes de Valverde, Trigueros, Aljaraque y demás—los estén premiando con altos cargos. ¿Quién estaría en condiciones de pasarles la factura si la derrota afecta a todos los dirigentes del “aparato”, empezando por Barrero y Petronila pero sin olvidar a Mario Jiménez? Nunca el PSOE había sufrido un desplome semejante en lo que va de democracia y ellos son, sin discusión posible, los responsables totales. ¿Cómo esperar de ellos, entonces, que sancionen a los que no son más perdedores que ellos mismos? En espera de lo que determinen las próximas elecciones autonómicas y generales, los viejos de esa tribu aseguran su propia supervivencia premiando a los que han sido rechazados de cerca por sus propios vecinos.
¿Acaso podrían hacer otra cosa sin suicidarse política y profesionalmente? No se olvide que los Barrero, Petronila, Domínguez y demás no han tenido jamás un medio de vida que no sea la nómina del partido, ni que las culpas de la debacle les alcanza a todos ellos sin excepción, incluyendo a los Griñanes y los lejanos jefes de Madrid. Y ello ha dado lugar a esta fracasocracia que es verdaderamente escandalosa. No pidan peras al olmo. Este espectáculo será denigrante pero resulta de lo más lógico del mundo.
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1 comentario en «EL VELÓDROMO
La fracasocracia
[Arón]»
Cuando Alcapone extendió su poderío, silenció con el terror a las masas poco cultivadas de la ciudad de Chicago, y con dinero a los fácilmente corruptos sectores de clase «alta». Cierto es que todavía no es comparable al situación, debido a que todavía no se «ametralla» al incómodo opositor, pero… tiempo al tiempo, pues ya hemos empezado a dejarle sin trabajo a la menor oportunidad.