La parroquia Nuestra Señora del Mar de Punta del Caimán se quedó anoche pequeña ante el masivo flujo de fieles que acudió para participar en la Solemne Función Mayor del Marinero, que se celebró dentro de las fiestas en honor de la Patrona de la barriada más marinera de Isla Cristina.

En presencia de una nutrida representación institucional, que encabezó la Alcaldesa de la localidad, María Luisa Faneca, la presidenta de la Hermandad de la Virgen del Mar, María Casado, y otras autoridades locales, la eucaristía contó con la brillante colaboración de la Coral Polifónica Padre J. Miravent.

La localidad isleña se encuentra inmersa desde el pasado jueves, en que tuvo lugar el encendido del alumbrado y el pasacalles de cabezudos, en estas fiestas que se prolongarán hasta este domingo.

Dos de los actos más hermosos y multitudinarios de estas fiestas tendrán lugar hoy sábado y mañana domingo. Por un lardo, en la tarde de este sábado se celebrará la tradicional ofrenda de flores a la Patrona de la barriada, que se iniciará en la Capilla situada en la calle Ramón Noya.

Y mañana, tendrá lugar la salida procesional de la Virgen, que será llevada a hombros y posteriormente será embarcada en el ‘Mercedes y Manuel’ para bendecir las aguas isleñas y desembarcar finalmente en la Playa del Cantil.

Se trata de una de las fiestas más pintorescas y auténticas de la localidad, lo que las ha convertido en un atractivo turístico que hace que cientos de vecinos de otras localidades cercanas se acerquen para participar en ellas, sin que nadie se sienta forastero, dado el carácter acogedor de los hombres y mujeres que habitan Punta del Caimán.

Esta barriada viene conmemorando el 30 aniversario de la llegada de la Virgen del Mar a esta barriada tan isleña, que tuvo lugar un 21 de julio de 1981 cuando la talla llegó hasta el embarcadero de la Playa del Cantil.

Dentro de esta conmemoración, el pasado mes tuvo lugar una función religiosa y posterior procesión de la Virgen para dar gracias a la decisión del Obispado de Huelva de aprobar los estatutos que convierten en Hermandad a la entidad que, hasta ahora, ha venido encargándose de los actos y cultos así como de mantener viva la llama de la devoción a la Virgen del Mar.