La isleña Rita Estévez Casado, perteneciente a una familia de amplia tradición marinera, se alzó con la vara de la Virgen del Mar en la puja que tuvo lugar en la madrugada de hoy, lunes, por la cuantía de algo más de quince mil euros.
De esta forma, se puso el broche final a las fiestas patronales de la barriada Punta del Caimán en Isla Cristina, que han desarrollado en un ambiente de total normalidad en el que el masivo flujo de asistentes a las distintas actividades, tanto las de carácter religioso como las lúdicas, han sido la tónica principal.
Así, en la tarde y noche del domingo, la Virgen procesionó por las calles de la barriada rodeada por cientos de fieles que no cesaron de lanzarle vivas, cantes y cánticos con los que demostraban su devoción.
La salida procesional tuvo lugar hacia las 16.00 horas con la mirada puesta en el cielo, después de una madrugada y mañana pasada por agua. Sin embargo, con la desaparición de la probabilidad de lluvia, los asistentes respiraron aliviados y pudieron disfrutar plenamente de esta procesión.
Tras su salida de la parroquia de Punta del Caimán, la Virgen se dirigió al monumento al Marinero, donde fue recibida por una representación de la Corporación local, que encabezó la alcaldesa, María Luisa Faneca, y posteriormente fue trasladada a la Lonja pesquera. Allí fue embarcada en el ‘Mercedes y Manuel’ para bendecir las aguas del litoral isleño. Una vez realizada dicha travesía, la Virgen continuó su procesión hasta bien entrada la madrugada, que fue cuando tuvo lugar la esperada y emotiva puja de la vara.
Antes de la procesión, el sábado tuvo lugar la tradicional ofrenda de flores, en la que participaron cientos de niños y adultos, particulares, hermandades, asociaciones y otras instituciones de Isla Cristina y localidades de su entorno.
La inestabilidad meteorológica, que se tradujo en una inoportuna e intermitente lluvia, no impidió el normal desarrollo de la ofrenda, que se inició pasadas las 20 horas en la Capilla situada en la calle Ramón Noya y que concluyó en la parroquia que lleva el nombre de la venerada imagen.
Como cada año, en el interior del templo se vivieron escenas de emoción por parte de muchos isleños e isleñas que quisieron dejar constancia de su devoción con flores a la Virgen.
“No importa la edad ni el sexo ni la condición social de cada uno”, explicó un devoto de la Virgen, para el que “niños y mayores, hombres o mujeres, ricos o pobres, todos sienten lo mismo, una gran devoción hacia la Señora”, explicó.
El alcalde en funciones de la localidad, José Antonio Rodríguez Márquez, que portó un cesto de flores junto a la concejal de Festejos Isabel López, encabezó la comitiva municipal.
La masiva afluencia de devotos a la ofrenda pone de manifiesto, según explicó Rodríguez Márquez, el gran cariño que toda Isla Cristina profesa a la Virgen del Mar, un sentimiento que –según precisó- se ha extendido al entorno de la localidad.
Y es que, según explicó, no han faltado a esta cita con la Virgen hermandades provenientes de localidades como La Redondela, Canela o Punta del Moral.