En las Generales del 20-N hubo un dato al que los medios de comunicación no hemos prestado demasiada atención, tal vez porque lo que se jugaban PP y PSOE era mucho y estas dos formaciones han sido las que han copado casi todo el interés. Nos estamos refiriendo al hecho de que UPyD se convirtiera en la cuarta fuerza política en Andalucía, por encima del PA.

La diferencia a favor de UPyD fue tan importante que, en una hipotética traslación de los resultados a unas autonómicas, resultaría que los andalucistas no lograrían ni un solo diputado y la formación de Rosa Díez obtendría 2. Si en las próximas autonómicas volviera a repetirse este fenómeno, habría que convenir que el PA desaparece del mapa político andaluz y pasa a ser una formación irrelevante. Un solo diputado del PA o de UPyD vale su peso en oro, en el caso de que el PP no lograra mayoría absoluta y le hiciera falta.

¿Cómo es posible que un partido netamente andaluz como el PA haya llegado a esta situación? Eso es lo que deberían estar meditando sus dirigentes. El problema es que el PA ha demostrado tener una capacidad para fagocitarse a sí mismo como nadie. Los palos de ciego que ha ido dando a lo largo de estos últimos 30 años han sido espectaculares. El resultado final es que ante un evidente voto potencial, que existe en Andalucía, los electores han acabado por no confiar en esta formación. Lejos queda ya la época en la que los andalucistas hacían posible el Gobierno de Chaves, o eran claves en Sevilla, o gobernaban en Jerez, o tenían una fuerza local en la provincia de Huelva superior a Izquierda Unida.

Los errores cometidos han sido muchos. El último ejemplo lo tenemos con lo ocurrido en Niebla, donde el PA hizo algo tan extraño como elevar a la Alcaldía al cabeza de lista del PP, a pesar de que éste había logrado dos concejales de una Corporación de 11. Lo peor del caso, con todo, es que cinco meses después el PA de Niebla toma la decisión de apoyar una moción de censura.

A esto nos referimos cuando hablamos de dar palos de ciego: un día hago alcalde con mis votos a un candidato del PP y otro hago lo contrario y aúpo a la portavoz socialista. El PA de Niebla, o se equivocó en junio o se ha equivocado ahora.

Pero esto de Niebla es una anécdota comparado con el despilfarro de esperanza y energia andalucista tirado por la borda en los últimos 30 años. Pese a todo, el sentimiento andalucista sigue en el corazón de miles y miles de andaluces… lo único que hace falta es que una formación seria y que no esté dando palos de ciego continuos sepa ganarse su confianza.