El presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo, ha presentado el Plan de Control de Mosquitos para 2012, que presta servicio a unas 130.000 Hectáreas de medio natural y urbano y que este año, al igual que el pasado, volverá a contar con tratamientos de refuerzo aéreo puntuales en la zona de la marisma. Concretamente este tratamiento aéreo se repartirá en tres actuaciones, que abarcan unas 600 hectáreas por cada tratamiento de refuerzo , lo que supone un total de 1.800 hectáreas.
Caraballo, que ha realizado una visita a las instalaciones donde se desarrolla el trabajo científico y de investigación del Servicio de Control de Mosquitos, ha señalado que este plan se desarrolla bajo dos premisas fundamentales: “el máximo rendimiento, mediante la optimización de recursos, y el mínimo impacto ambiental, mediante el empleo de técnicas blandas y no agresivas con el medio ambiente, ya que buena parte de las zonas donde se actúa son espacios protegidos y de alto valor ambiental”. El presidente de la Diputación ha subrayado “la profesionalidad y la experiencia” de los trabajadores del servicio, que funciona en la provincia desde hace más de dos décadas, y que se ha convertido en referente nacional e internacional. Asimismo ha recordado que el control de estos insectos “ha cambiado radicalmente la imagen de Huelva en el exterior y dio paso al desarrollo turístico, hasta entonces limitado por esa losa”.
El Servicio de Mosquitos presta servicio en una superficie de unas 130.000 hectáreas, que incluyen dos ámbitos de actuación bien diferenciados: el medio natural -la provincia cuenta con 16.000 hectáreas de marisma mareal que propician unas 4.600 hectáreas que constituyen focos de mosquitos- y el medio urbano, con 115.000 hectáreas. En ambos casos no se fumiga sobre el total de las hectáreas, sino que se actúa sobre los focos importantes de mosquitos que se detecten dentro de esa superficie.
Los ciclos de tratamientos en las zonas de marismas comienzan en el mes de marzo y se prolongan hasta finales de octubre y se realizan coincidiendo con las marismas de alto coeficiente, que se suelen registrar dos veces al mes. Así, este año se harán 16 ciclos de tratamiento, ya que se prevé un mayor número de mareas de alto coeficiente que en otros años, con una media de entre 12 y 14 ciclos.
Esta entrada de mareas inunda zonas elevadas de marisma donde ya están puestos los huevos de mosquitos y es ahí donde se inicia el ciclo de vida del mosquito en fase larvaria. Por eso, se hacen los tratamientos precisamente coincidiendo con esas marismas de coeficiente alto, con el objetivo de impedir que esas larvas se conviertan en mosquitos adultos. Una vez entra la marea, los operarios del servicio tienen unos cinco o seis días para hacer el tratamiento antilárvico y abarcar las 96 parcelas de tratamiento en las que está dividida la marisma.
En cuanto a los trabajos en el medio urbano, los tratamientos se hacen tanto sobre larvas como sobre mosquitos ya adultos. En este ámbito no hay un número de actuaciones fijo, ya que suele obedecer a factores imprevisibles, pero suelen suponer un 20% del total y se centran en espacios como husillos, pozos de riego, edificios con sótanos inundados, fuentes, parques y jardines, estanques, estaciones depuradoras de agua, piscinas, canales, campos de golf, campings, etc.
Según ha indicado Ignacio Caraballo, para la Diputación, este servicio es un “estupendo ejemplo” del papel que juega la institución en cuanto al apoyo de los municipios. Concretamente, al Servicio de Control de Mosquitos están acogidos los ayuntamientos de Ayamonte, Isla Cristina, Lepe, Cartaya, Gibraleón, Punta Umbría, Aljaraque, Huelva, Palos de la Frontera, Moguer, San Juan del Puerto y Almonte, que son los que tienen una mayor presencia de este insecto y, por eso, es preciso actuar en ellos para reducir las poblaciones de mosquitos a niveles soportables para el ciudadano. La financiación del Servicio corre a cargo de la Diputación en aproximadamente un 75% y el 25% restante lo aportan los Consistorios.
El presidente de la Diputación ha destacado dos aspectos dentro del Plan de Control de Mosquitos: por un lado, que todos los tratamientos se realizan con productos orgánicos que no son agresivos con el medio ambiente. Y por otro, “que no es posible, ni técnica ni ambientalmente, reducir por completo las poblaciones de mosquitos”. En ese sentido ha afirmado que servicio consigue que se mantengan a unos niveles soportables para el ciudadano, “de forma que no supongan una gran molestia para los mismos”.
Por otra parte, la investigación sobre mosquitos que se realiza desde el servicio es un componente esencial en los programas de lucha integrada de plagas, ya que gran parte del trabajo realizado en el laboratorio repercute directamente sobre las estrategias control. El laboratorio estructura sus líneas de investigación en cuatro ramas principales: investigación básica aplicada sobre biología sobre y ecología de mosquitos, muestreo de poblaciones de imagos de mosquitos culícidos, bioensayos en microcosmos de formulaciones larvicidas y estudio de la capacidad vectorial de imagos de mosquitos.