El presidente de la Diputación de Huelva, Ignacio Caraballo, ha entregado este martes el XIX Premio de Relatos Cortos Diputación de Huelva ‘José Nogales’ 2011 al escritor mexicano Gabriel Pérez Cruz, que consiguió el galardón por su cuento ‘Es lo oscuro’.
Durante el acto, Caraballo ha recordado «la referencia» en la que tras 19 ediciones se ha convertido este certamen literario, que pone de manifiesto «la apuesta por la cultura» del ente provincial. El premio, dotado con 6.000 euros para el ganador y la edición de su relato, ha recaído este año en este autor mexicano, el cual ha agradecido a la Diputación «su promoción de la narrativa».
Asimismo, el presidente de la institución ha recordado que hasta 600 cuentos han participado en esta edición, la gran mayoría procedentes de España, pero también de otros países como Perú, Cuba, Canadá, Australia o Reino Unido. A su juicio, esta amplia e internacional participación muestra «la referencia» en la que se ha convertido este concurso literario. Es la segunda vez, en sus diecinueve años de historia, que el premio José Nogales cruza el Charco. En 2003, el escritor argentino Carlos O. Antognazzi, se alzó con el galardón por su obra Trabajar con papá.
Gabriel Pérez Cruz nació en 1970 en Ciudad de México. Tras licenciarse en filosofía y letras por la Universidad Autónoma de México, orientó su actividad profesional hacia el mundo empresarial, actividad que combina con su inclinación literaria. Escritor de vocación tardía, su obra cuentística está parcialmente inédita.
El escritor mexicano desmenuza la esencia del cuento ganador en los siguientes términos: Situada en los suburbios de la condición humana, la narración ‘Es lo oscuro’ tiene lugar en un escenario fronterizo que bien podría ser el puerto de Veracruz en el México de los 80`s. El protagonista sin nombre vive una situación insostenible pero irresoluble: trabajando como machetero en el puerto de lunes a sábado, los fines de semana revive un conflicto, una confusión travestí, asistiendo a entierros de desconocidos vestido de luto, conflicto que parecería heredado de su madre muerta como una manera de elaborar el duelo por su esposo ausente. Hasta que un hombre venido de la gran ciudad, sin prejuicios sexuales, trata de seducirlo. Matándolo y acostando su cadáver junto al de su madre –que todavía permanece en casa- es como se libra de esta confusión de identidad y afirma su yo. La narración busca transmitir esta confusión al pasar del presente al pasado y de la segunda a la tercera persona del singular, intermitentemente, además de intercalar los diálogos como parte de la descripción de la escena o de la acción, despersonalizándolos.
En el cuento se pueden reconocer influencias de Julio Cortázar en el manejo del tema, sobre todo “Casa tomada”, donde la narración más que resolverse en un final contundente se diluye; estilísticamente es Carlos Fuentes el que aporta el manejo de la narración en presente en segunda persona del singular (tú), como en Aura; la construcción del personaje anónimo e indiferenciado se le puede deber al Samuel Bécket de Cómo es?.
Además, Juan Villa, portavoz del jurado, ha destacado «la capacidad de sugerir y de inquietar» del autor, que ha realizado un cuento «moderno» donde «pesa más lo ausente que lo presente».
Por su parte, Gabriel Pérez Cruz ha agradecido el galardón, que le sirve para «convalidarse ante sí mismo» y por tanto, como impulso para seguir con su carrera.
En esta misma línea, Pérez Cruz ha subrayado que el relato se basa en «una crisis de identidad» donde «el escenario toma peso por sí mismo». El cuento tiene, según ha explicado el autor, un asesinato que «no supone una pérdida sino una ganancia».