Está visto que Mario Jiménez, el secretario provincial del PSOE de Huelva, lo tiene todo atado y bien atado en esta tierra. El Congreso Provincial recientemente celebrado dejó claro que controla el aparato de principio a fin. Y también que los integrantes del sector crítico, por más que sean y por más cabreados que estén, no son capaces de articular una alternativa. Entre otras cosas parece que les falta decisión y algo de arrojo, que en estas cuestiones, dicho sea de paso, resultan fundamentales.
Tan atado lo tiene Mario Jiménez en Huelva que todo apunta que será el próximo secretario de Organización del PSOE en Andalucía, un puesto que tiene su indudable importancia ya que los socialistas andaluces han logrado convertirse en el último bastión regional de su partido en España. Cierto que en el Congreso Federal apostaron por Carmen Chacón. Pero también es verdad que en las autonómicas salvaron los muebles y consiguieron, en unas circunstancias extremadamente complicadas, continuar con el poder en Andalucía. Tan sólo han necesitado para ello un apaño con Diego Valderas e Izquierda Unida.
De modo que, si nadie ni nada lo impide, Mario Jiménez dirá definitivamente adiós a la política provincial para situarse en el ámbito andaluz. No será el político más brillante del mundo, ni tampoco el más correcto ni el más educado, pero ha demostrado por activa y por pasiva que a nivel interno se mueve como pez en el agua y que controla todos los resortes. Sobre todo el de su jefe, José Antonio Griñán.
La papeleta se presenta a continuación en Huelva, donde es necesario que se busque un sustituto. Y el nombre que suena como relevo es el de Manuel Domínguez, alcalde de San Bartolomé de la Torre y persona muy vinculada desde hace años a Mario Jiménez.
Si así fuera, lo que resulta evidente es que el nivel de los dirigentes provinciales del PSOE en Huelva se reduce con estrépito. Basta con tomar conciencia de la persona que se encuentra al frente de la Secretaría de Organización onubense, Jesús Ferrera, un concejal absolutamente al margen de la historia del partido en Huelva y con escaso predicamento entre la militancia. Y de Manuel Domínguez se puede decir tres cuartos de lo mismo.
El único que da la impresión que muestra mejor nivel es Javier Caraballo, que al menos como presidente de la Diputación está intentando corregir en parte el enorme desaguisado originado por Petronila Guerrero. Y mientras esto ocurre, Javier Barrero de viaje por Brasil a costa del erario público.
