Eso de que piensen, sólo que piensen, inyectar siete mil millones de euros a una entidad bancaria como esta Bankia tan dudosamente bien gestionada, es absolutamente obsceno. Hace sólo tres años, poco más o menos, el presidente o vicepresidente para Huelva y provincia, de una de las entidades que configuran este tinglado de antiguas cajas de ahorro, la Cajasol, como todas gestionada por políticos, no por expertos, aseguraba sin cortarse un pelo que la apuesta de esta entidad estaba en la construcción. Y lo decía así, sin más, con la que ya estaba cayendo y lo que se sabía y veía venir. Desde 2006 al menos, se sabía que la construcción era un valor no en alza, sino que bajaba aceleradamente cuesta abajo y sin frenos. Lo de la burbuja inmobiliaria era una certeza incuestionable por aquél entonces, por el entonces de este joven e inexperto político, que sin una sólida formación financiera, ni de ningún otro tipo, con un currículo laboral simplemente inexistente, pero con un carné que le cogía todo el cuerpo, el del psoe, había accedido a las más altas esferas de las finanzas provinciales. Toma ya, había que apostar por la construcción.
Creo que fue cuando escuché semejante barbaridad cuando procedí a retirar, de forma simbólica dado el monto que en aquella caja de ahorros figuraba a mi nombre, el poco parné que allí mantenía, tres duros poco más o menos. Puede que fuera entonces o cuando impidieron que escribiera el prólogo de un libro que a un compañero de profesión le iban a editar los de la caja de ahorros: “el prólogo que lo escriba otro, el enterao ese aquí está vetao”; o puede que fuera cuando al ver en el folleto de unas jornadas literarias patrocinadas por esa entidad, que yo presentaba el libro de una escritora cuyo nombre no quiero recordar, procedieron sin más a editar dos días antes otro en el que mi nombre fue sustituido de urgencias por el de otra persona; o puede que fuera cuando me propusieron como miembro del jurado de un certamen literario y volvieron con la misma estulticia: “al enterao ese, ni agua”. No recuerdo bien cuando fue, pero los tres duros y medio que tenía en Cajasol, me los gasté en una caña y media ración de chocos fritos. No daba para más.
Ahora quieren que de mis impuestos, del dinero que mensualmente me retiran de la nómina por ese concepto, y también del de usted, querido lector, les den a estos que no son unos enteraos como yo, sino más listos que el hambre, siete mil millones. De euros, oiga, de euros.
Desde luego, cuando oigo lo de que hay que nacionalizar la banca, me troncho. Si con las cajas de ahorro, nuestra exquisita clase política ha sido capaz de hacer lo que ha hecho, justo todo lo contrario del fin con el que fueron creadas, utilizándolas para negocios disparatados o para premiar a los de la cuerda, y como ustedes comprenderán me da igual qué cuerda sea porque todas las cuerdas son iguales, qué no harían con la banca española si se nacionalizara.
Ahí tienen el ejemplo de otra populista de circo, la señora esa de los morritos que preside la Argentina y el entramado económico reciente que su familia empezó a acumular con su admirado, venerado y difunto esposo.
Ahí tienen un ejemplo de cómo la política de baja estofa es capaz de arruinar un país, de llevarlo a una situación catastrófica por muy rico que sea y si quieren otro ejemplo, acudan a las páginas del Instituto Nacional de Estadística y comprueben la situación de Andalucía hace treinta años, ponderándola con el resto de comunidades autónomas, como es natural, y vean en la situación que treinta años y muchos tontos del culo más han venido a situar a una comunidad que contenta y feliz ha venido a llamar a don Diego Valderas para que firme su correspondiente certificado de defunción.
Siete mil millones, piensan regalar a esta Bankia tan estupendamente gestionada. Siete mil millones de euros, no vayan a pensar que de pesetas. Siete mil millones. Ojú, lo que estamos viendo y lo que nos queda por ver. Ojú, miarma.
5 comentarios en «EL DUENDE
7.000 millones
[Bernardo Romero]»
Si es así, de acuerdo y oído cocina.
Seguro que pensamos de la misma manera. Hoy he vuelto a escribir sobre el asunto. Y eso que estoy retirado porque ando con otras historias. En fin, tronco, que es un placer disentir o coincidir contigo. Un abrazo.
No se me olvida en absoluto. Te recuerdo el párrafo en el que digo eso de que «utilizándolas para negocios disparatados o para premiar a los de la cuerda, y como ustedes comprenderán me da igual qué cuerda sea porque todas las cuerdas son iguales». Pues eso, que los del Rajoy también tienen su parte en este lío. Un abrazo
El zampabollos de Bollullos se va a poner las botas. Ah! y sus acólitos.
Monstruo, se te olvida decir que los de los 7.000 millones son los del PP -como también los que han llevado a Bankia a la situación tan delicada de ahora-; a lo mejor es que fueron más de dos las cervezas para lo que te dieron esos ahorrillos…