Fernando Luis Montero Vázquez ha pronunciado un sentido, emotivo y vivencial pregón de la Santa Cruz de la Calle Cabo de La Palma. Fue presentado por su tío, José Montero Lagares, quien adelantó que su alocución estaría llena de vivencias enriquecedoras de un verdadero bartolo. El pregonero dedicó sus palabras a su padre, Fernando Montero Lagares, de quien destacó toda una vida dedicada a la Santa Cruz y cómo trabajó para que la Legión pudiera desfilar en las fiestas. También comentó las anécdotas de su padre en su labor de tesorero de la hermandad y cómo enseño a sus hijos el amor a la Santa Cruz.
Montero hizo una semblanza sobre la primavera en La Palma. Sus colores, aromas, luz, amaneceres… Y tuvo emocionados recuerdos para muchos bartolos y bartolas que han profesado una gran devoción a la Santa Cruz como Enrique Guillén, el Cachiporra, Alfonso El Sillero, la Mariana, Manolita la de Eusebio, entre otros. Además, hizo hincapié en la Virgen María y repasó todas las advocaciones que existen en La Palma con especial atención a la Virgen del Valle ya Coronada.
En el pregón alabó a la Legión, un cuerpo que siempre asiste a numerosas acciones de carácter humanitario, y proclamó su reconocimiento a la mujer a la vez que criticó de manera contundente la desigualdad de la sociedad actual y la violencia de género, para, a renglón seguido, ensalzar la presencia de la mujer en la hermandad, su perseverancia en el trabajo, sus rezos del Rosario a los pies de la Cruz o las imploraciones a la limosna de la Cruz. Un homenaje a la mujer bartola que hiló con palabras para la reina de este año, Adela del Amor Gil Pinto.
El pregonero desgranó su modo de ver la diana, los preparativos del Romerito, el romero para llevar ante la Santa Cruz y los vivas, impregnados de todos los recuerdos de aquéllos que ya no están entre nosotros. Y no se le pasó la efeméride que celebra este año la Hermandad: el 25 aniversario de sus primeras Reglas Canónicas. Dedicó, igualmente, unas palabras al domingo de la Cruz.
También se refirió a la Cruz peregrina de Juan Pablo II, que estuvo en La Palma: un símbolo de Cristo de amor a la humanidad, y recordó las palabras de Benedicto XVI cuando dijo que el mundo necesita a la Cruz. De la misma forma tuvo presente la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Madrid y en la que se lanzó el mensaje de abrazar a la Cruz.
Por último, realizó una especial mención al traslado de la Santa Cruz en una mañana llena de flores y aromas en donde niños, jóvenes, padres y madres con sus hijos, abuelos y abuelas, en comunión, veneran a la Santa Cruz y le piden la protección de los suyos.