Cuentan las crónicas periodísticas de este lunes en el que se ha iniciado el curso escolar que el presidente de Emtusa y portavoz del equipo de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Huelva, Francisco Moro, ha asegurado que este martes van a comenzar las reuniones, negociaciones y las acciones pertinentes encaminadas a garantizar la viabilidad de la Empresa Municipal de Transportes Urbanos SA (Emtusa) con el objetivo de darle «un giro en su organización y administración para adaptarla a los nuevos tiempos y a la actual coyuntura económica”.
Sin duda ese es el camino. Hay que buscar soluciones y no sirve de nada andar un día sí y otro también desesperados ante la imposibilidad de encontrar dinero para pagar las nóminas. Lo mejor es intentar cuadrar las cuentas y estudiar una estructura que haga más o menos llevadera una empresa como Emtusa. Y lo que está absolutamente fuera de lugar son las huidas hacia adelante, mucho más en un Ayuntamiento de la importancia del de Huelva.
De todos es sabido que el transporte urbano cumple una indudable función social. Y también que colectivos como el de jubilados o estudiantes se benefician de importantes descuentos. Razón por la cual es complicado que den beneficios. Sin embargo, de ahí a que sea un pozo sin fondo va una enorme distancia. Es cuestión de pensar, de darle vueltas a la cabeza para que cuadren las cuentas. Y si la «adaptación a los nuevos tiempos y a la actual coyuntura económica» exige sacrificios, habrá que asumirlos al igual que lo han hecho miles de empresas privadas y sus correspondientes trabajadores.
En ese punto puede que esté lo complicado de la situación municipal: no es posible continuar manteniendo a tanto trabajador con tan pocos ingresos y metidos en un Plan de Ajuste que tiene como condición inexcusable el pago de los préstamos contraídos incluso antes que el abono de las nóminas. Hasta ahora el Ayuntamiento de Huelva ha intentado contentar a todos dando más largas que cortas, pero ha llegado la hora de coger al toro por los cuernos y de llamar a las cosas por su verdadero nombre. La misión es de Curro Moro. Veremos si corta oreja y rabo o si sale a almohadillazos.