Andaba el personal subidito de moral después de estrenar triunfo a domicilio cuando llegó el primer varapalo en el Nuevo Colombino. Hasta ayer fue un templo inexpugnable en donde el Recre de culpas y pecados había plasmado lo mejor que lleva dentro en estos primeros escarceos de una Liga que, no se olvide, es muy larga.
Tras el triunfo en Barcelona algún sector del recreativismo había abierto la puerta al optimismo más desmesurado, que de golpe y porrazo cerró el Almería, equipo con más oficio, con más hechuras y que se presentó en Huelva conociendo a la perfección las virtudes y los defectos del Decano.
Nadie le puede negar a este Recre de Sergi que sabe lo que quiere hacer. Claro que más de uno, por encima de triunfos o derrotas, se puede preguntar si lo que quiere, sabe hacerlo. Este Recre, lo hemos visto desde el principio, se aferra al guión imbuido por el técnico catalán, que se sustenta en algo innegociable como tener la pelota. El problema está en saber si cuenta con los mimbres suficientes como para basarlo todo en tener la pelota. A veces da la impresión que no, y el equipo se hace tan previsible y tan poco profundo, que al rival le basta un poquito de orden para desbaratar las buenas intenciones albiazules, que mueren en inocuos pases horizontales demasiado cerca de su portería, que disparan la taquicardia del aficionado más nervioso.
Decepción | |
«Suficiente para que se disparara un optimismo desmesurado para lo que se está viendo, sueño interrumpido a las primeras de cambio ante un buen Almería” | |
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No se puede obviar que, hasta ayer, la puesta en escena del Decano ante su gente había pasado de lo decente a lo esperanzador. Porque decentes fueron los partidos iniciales ante el Mirandés y el Murcia -se ganaron, pero sufriendo muchas ocasiones en contra-; y esperanzadoras fueron las últimas victorias obtenidas, especialmente ante un equipo de la enjundia del Villarreal, en la que su afición degustó un fútbol muy diferente a ese tan metalúrgico al que estaba condenada desde hace tiempo.
Ese pleno de triunfos al amparo de su afición tuvo su deseado complemento en el estreno fuera de casa la pasada jornada. Suficiente para que se disparara un optimismo desmesurado para lo que se estaba viendo, sueño interrumpido a las primeras de cambio con la derrota ante un buen Almería.
El Recre de anoche fue el que quiere Sergi, el que lo basa todo en tener la pelota, el que parece que tiene prohibido dar un pelotazo, que abusa de una posesión de balón tan ficticia como escasamente productiva, precisamente porque es posible que las virtudes de muchos de los albiazules no casen precisamente con esa manera de jugar que está escrita en la hoja de ruta de La Masía. Si además enfrente está un enemigo que sabe lo que quiere y que sabe como hacerlo, apaga y vámonos.
No es cuestión, por mor de este borrón, de echar por tierra todo lo anterior, de renunciar a lo que desea el técnico -que trabaja todos los días con sus hombres- si está convencido de que es el camino correcto. Pero sería conveniente, si algún día la puerta del juego de toque no funciona como se desea porque el rival llega con la lección aprendida, tener abierta una ventana a algo diferente. Porque aquí todo el mundo se conoce y esto es muy largo. Vamos, que se puede hacer muy largo, y lo peor, desapacible… como la noche de ayer.
Paco Gamero
2 comentarios en «GRADERÍO
Derrota desapacible
[Paco Gamero]»
Me alegra poder seguir tu análisis en este medio. Un acierto total.
Gracias.
estos periodistas que han estado tanto años con politicas oficialistas y ocultando cosas que sabían para mi no tiene ninguna credibilidad. queremos periodistas libres!!