El lunes puede ser un buen día para recuperar el terreno perdido. Y si no, no pasa nada. Que se lo plantee así el Recre con miras al partido ante el segundo equipo del Real Madrid, un rival que exigirá lo mejor de un Decano que si tiene algo claro es que no va a renunciar a su estilo. Ya pueden llover chuzos de punta.

Justo es reconocer que de este Recre emana algo. Aunque bastantes aficionados sigan teniendo la mosca detrás de la oreja por esa fidelidad -en ocasiones enfermiza- a esa manera de jugar que propugna Sergi. Ya dije con anterioridad que es bueno tener una identidad propia; pero hay ocasiones en las que por dejar a un lado el guión asimilado no pasa nada. Incluso es positivo.

Saber qué hubiera ocurrido el domingo pasado si el Recre se decide a cambiar el chip de su juego es algo que entra dentro de lo que llamo fútbol ficción. El Decano optó por seguir y seguir, como la pilas de Duracell, mareando la perdiz -la pelota en este caso-, facilitando la tarea a un rival, no se olvide, superior.

	Castilla
	«Ya se vio en el reciente bolo de pretemporada jugado en Lepe que el equipo onubense está en condiciones de pelear de igual a igual con el segundo equipo madridista”
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Obviado el tema de que el Recre se salga de lo preestablecido, el partido ante el Castilla se presenta como una oportunidad para resarcirse de lo ocurrido ante el Almería. Verdad que el rival es potente, pero el Recre llegará a Valdebebas en plena tormenta blanca por el demagógico tema de la cantera. Quien sabe si, más que el Recre, quien de veras se examina es el propio Castilla -o Toril, su entrenador-, que además acudirá a la cita disminuido por mor de sanciones y selecciones, y hasta por lesiones del primer equipo, con el consiguiente efecto dominó en el segundo cuadro blanco.

Aunque el Castilla será un enemigo difícil pese a todo, no es menos cierto que ante este tipo de rivales el juego que tratan de asimilar los jugadores del Recre puede dar más frutos. Ya se vio en el reciente bolo de pretemporada jugado en Lepe que el equipo onubense está en condiciones de pelear de igual a igual con el segundo equipo madridista. Con esa idea debe partir un cuadro onubense que, al amparo de una cómoda situación clasificatoria, puede desplegar su juego con la tranquilidad que supone no verse con la soga al cuello.

Algo que sí ocurrió la temporada pasada en la que, por mucho que se diga, quien de verdad salvó al Recre fue el gol de Falcao en Villarreal, que condicionó un descenso al que parecía abocado el equipo onubense. Este año, de momento, no parece que el Decano corra ese riesgo, aunque bien harían los jugadores en asimilar cuanto antes lo que quiere el entrenador, y que éste asimile de una vez lo que pueden dar de sí de verdad sus jugadores.

Paco Gamero