Llega el partido ante el Villareal. Y con ese partido y antes del mismo, el club ha facilitado el número de socios actuales tras contabilizar las devoluciones. Según información oficial, el Recreativo tiene 7.500 socios.
Ante el Villareal, si la entrada es como la de siempre, de 5.000 espectadores, ya sí que sería un problema preocupante que ni tan siquiera los socios vayan en apoyo de su equipo. El domingo a las 18:00 horas no hay excusas para no acudir. El tiempo parece que será estable, el
rival es el mejor posible y el equipo en casa ha respondido siempre. Con estos alicientes, el Colombino debe registrar la mejor entrada de la temporada.
Y en esta semana en la que los lesionados no acabaron de recuperarse, Sergi tiene una nueva oportunidad para hacer el fútbol que le gusta ante un rival que también quiere el balón para atacar y defender. Pronosticar como será el partido es sumamente arriesgado, pero voy a ello. Intuyo que serán los amarillos los que tenga el mayor porcentaje de posesión. Eso me preocupa,
dado que el Recreativo sin la pelota en su poder es un equipo roto y vulnerable.
Lo digo yo y lo dijo el propio entrenador en Gerona: ‘Sin la pelota somos un equipo muerto’.
Este Recre carece de solvencia defensiva cuando tiene que trabajar para robarle la pelota al rival. El equipo no se ha construido desde la defensa y de ahí que sea de los equipos más goleados de la categoría. Es en ese aspecto es en el que ha de fijarse mucho más el entrenador de lo que lo ha hecho hasta ahora. Saber italianizar al equipo cuando es el rival el que tiene el balón, debe seguir siendo una asignatura pendiente. Eso sí, siempre que se cuente con jugadores válidos para ello.
Llega el gallito de la categoría y con el equipo aspirante a todo llega Uche. El nigeriano será la atracción del partido y en Huelva hay ganas de verle. Me quedan grandes recuerdos en mis
trasmisiones de ver en Segunda División a Rosu y Uche marcando las diferencias
entre el resto de delanteros de aquel año 2006. Y queda recordar el momento sublime
cuando en el Bernabéu, Uche me hizo alcanzar el éxtasis del placer, tras el gol
que se fabricó para dejar en entredicho el final de la carrera del campeón del
mundo, Fabio Canavaro. Fue un dribling con la cintura para acabar desde fuera del
área haciendo el 0-2 en el Bernabéu. Esa jugada marcó una apoca dorada en la
que el club vivió los mejores años de su historia.
