Peligro amarillo. Mal rival para medir el grado de la recuperación en blanco y azul. Partido complicado para dar un paso más en la autoconfianza. Pero el calendario ha querido que la última comparecencia del Recre ante su afición sea ante un equipo en alza, que lleva la intemerata sin perder y que, ¡ay, ay!, tiene adherido el morbo al contar con un entrenador que se hizo un nombre a 35 kilómetros de Huelva, y que estuvo cerca, cerquita, de entrenar al Recre hace una temporada. Sergio Lobera.
El Colombino va a ser juez de un encuentro en el que se verán las caras dos trayectorias distintas. Por un lado, la de la UD Las Palmas en crecimiento continuo tras un inicio de Liga convulso en cuanto a resultados, y que pisará el terreno de juego onubense con 23 de los últimos 27 puntos en las alforjas, con el añadido de que lleva ya 12 partidos sin perder contando tres de Copa. Por otro estará este Recre de culpas y pecados, que ha sumado un solo punto de los últimos doce, que se tomó un respiro afortunado en su caída libre con un empate en Alicante, con el que paró de momento una hemorragia que amenazaba días peores.
Curioso esto del fútbol. Dos equipos con trayectorias diferentes aunque el sello de ambos pueda ser similar. A los dos entrenadores -reminiscencias de La Masía– les gusta el juego de toque; y valoran eso de la posesión, un preciado tesoro para algunos, un engañabobos para otros. Lo malo de esta película para el Recre es que, posiblemente, el plantel canario está mucho más dotado para lo que quiere su entrenador. Por lo menos ha tardado menos tiempo en asimilar esas preferencias. Lo demuestra con una serie de partidos invicto que invitan a que el aficionado canario se ilusione.
Paco Gamero: | |
“T | oca levantarse de nuevo. Esta vez ante un buen equipo, trabajado, que le buscará las cosquillas al Recre donde más le duele, presionando arriba, tratando de quitarle la pelota -¡ay, la posesión!-” |
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No ocurre lo mismo en Huelva. Aunque lo que quiere Sergi es bien recibido y en el cómputo global de la Liga la trayectoria del equipo es más que aceptable, a día de hoy hay dudas en torno al Recre. Al aficionado albiazul, condenado a un fútbol metalúrgico en los años precedentes, le cuesta digerir estos nuevos conceptos que se amparan, sobre todo, en la paciencia. Mala compañera de viaje en esto del fútbol, tan resultadista siempre. Ahí la importancia que tiene el punto logrado en Alicante, que sirvió para romper una dinámica adversa que acumulaba dudas por doquier.
Pero el Recre ahora tiene que seguir dando pasos al frente, para no acabar el año, so pena del partido siguiente con el Córdoba, con malas sensaciones, con golpes duros a la propia autoestima y con enormes dudas en torno al futuro, largo y duro como es la Liga en Segunda División.
Toca levantarse de nuevo. Esta vez ante un buen equipo, trabajado, que le buscará las cosquillas al Recre donde más le duele, presionando arriba, tratando de quitarle la pelota -¡ay, la posesión!- y buscando con velocidad dejar al aire las vergüenzas defensivas del Decano. Las Palmas tiene jugadores que pueden hacer todo eso muy bien. Lo que le queda al aficionado recreativista es ver si su equipo, de una vez por todas, también tiene argumentos para plasmar sobre el césped ese guión que propugna su entrenador. Porque si no es así…