[Paco Gamero]
Puntito. Puede que acumulara algún mérito más que en otros partidos para ganar. El botón de muestra puede ser un par de lanzamiento al poste. Pero no nos engañemos. Las Palmas jugó todo el segundo tiempo con un hombre menos y tuvo las mismas claras ocasiones que el Recre, aunque no se topara con la madera.
En el análisis positivo del partido me quedo con que, por fin, el Recre llegó al final con su puerta a cero. Algo es algo para un equipo muy frágil atrás y que concede demasiados goles al rival. Y si me apuran, por el punto en sí -los entrenadores manejan una frase tópica: “cuando no puedes ganar, al menos empata”-, que sirve para mantener una distancia lo suficientemente cómoda con la zona de zozobra, máxime cuando los equipos implicados en esa pelea cruenta se van turnando con lo que la diferencia apenas decrece.
Pero para equilibrar la balanza tenemos demasiados puntos oscuros en el Decano. Curioso, pero son ya dos partidos consecutivos en los que disfruta de la ventaja de jugar con un hombre más durante bastante tiempo y no lo aprovecha. Cuando fue en contra, es decir cuando el Recre se quedó en inferioridad siempre lo acabó pagando con una derrota.
Ante un rival en racha -trece partidos ya sin perder lleva Las Palmas, entre la Liga y la Copa- el Recre se jugaba unas Navidades más tranquilas. Tras cortar la hemorragia de tres derrotas seguidas con el empate en Alicante, un triunfo ante el equipo canario suponía una inyección de moral evidente para acabar el año, pasara lo que pasara en Córdoba. No pudo ser. La empresa era complicada a priori y aunque tuvo casi todo el viento a favor, no supo aprovecharlo.
Vimos al Recre más cotidiano tratando de tener la pelota y de jugarla con sentido aunque abusara de los pases en algún momento con lo que su fútbol se hacía tan previsible como lento. Y hoy en día si no le das velocidad al asunto… Aún así, so pena de sufrir un par de contras peligrosas por mor de esas inevitable pérdidas de balón, fue mejor el Recre que un oponente, al que a la fuerza le tuvo que pasar factura el partido de Copa del jueves ante el Betis. Con sus virtudes y defectos el Recre se fue al descanso con dos balones al palo, los dos de Chuli, que bien pudieron cambiar el decorado. Un decorado que quedó muy favorable para los de casa cuando fue expulsado Murillo al filo del intervalo.
El Decano tuvo todo el segundo tiempo por delante para plasmar en el marcador esa superioridad numérica. No lo hizo. Ante un rival atrincherado, aunque muy cómodo, el Recre estrelló de manera contumaz su retahila de pases. Con tan poca profundidad, al equipo canario le bastó con orden para no pasar apenas apuros y, de vez en cuando, tratar de buscarles las cosquillas al Recre.
Dio la impresión que el equipo de Sergi se podía llevar un día entero jugando y, por mucha posesión que tuviera de la pelota, no iba a ser capaz de marcar. Y lo que es peor, en el ambiente flotó siempre el temor que en un error u omisión, Las Palmas podía dar el tiro de gracia. Una carrera de Vitolo hacia el marco local, ya casi al final, salvada in extremis por Córcoles, fue el ejemplo claro de que el Recre iba a rascar poco más en ese partido, que acabó con un puntito en las alforjas del equipo albiazul, insípido, inodoro e inocuo ante el gol.