Un triunfo en Córdoba serviría para despedir el año con una gran sonrisa en blanco y azul. Con el deber cumplido. También lo haría incluso sin ganar, si nos atenemos a la hoja de ruta de este Recreativo 2012-13, al que se le pide un caminar sin sobresaltos por la Segunda División. Y eso lo tiene encauzado de momento.

	Mirar el futuro con más optimismo
	«Aunque sea con dos exiguos empates, el Recre ha podido romper una dinámica negativa de tres derrotas seguidas que ponían en peligro todo el discurso que amenazaba con persistir»
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Pero ganar sería endulzar aún más el 124 cumpleaños del club de fútbol más antiguo de España. Colocado cómodamente en la tabla, más cerca de la zona de ascenso que de la de zozobra, el Decano afronta el último partido del año en curso sin apreturas ni urgencias. Se lo ha ganado a pulso en los 18 partidos anteriores, en los que, con más luces que sombras, ha ido llenando su granero para llegar a este parón navideño sin apuros.

Los 24 puntos que acumula el Decano, ocho sobre el descenso, es un argumento importante para la propia confianza de un equipo que da la impresión que sigue en construcción. No se puede ocultar que el Recre está necesitando tiempo para asimilar el cambio tan profundo que ha ejercido en su manera de jugar. Un club instalado hace tiempo en la sobriedad de un fútbol metalúrgico no puede, de la noche a la mañana, abrazar una idea diferente de juego, totalmente opuesta a la anterior, en la que el toque y la posesión de la pelota son elementos innegociables.

Por mor de ese proceso paulatino el Recre ha sufrido en sus carnes afrentas como las del Sabadell o la Ponferradina en casa, y antes lejos de Huelva, las de Girona o Santander, por citar sólo unos ejemplos. Pero la cuenta de resultados sigue siendo favorable para los intereses albiazules, como lo aseveran esos 24 puntos y su sólida posición en la tabla, por lo que nadie puede decir que éste no sea el camino.

En la mano de Sergi Barjuan está que ese proceso se vaya afinando, aplicando esos matices necesarios en una plantilla en la que hay muchos jugadores más cercanos a la idea de fútbol de otros tiempos que a los actuales. Por eso al Decano le está llevando más tiempo adaptarse a este nuevo orden de vida. Pero todo puede tener arreglo.

Qué mejor que las victorias para seguir avanzando en ese cambio. Aunque sea con dos exiguos empates, el Recre ha podido romper una dinámica negativa de tres derrotas seguidas que ponían en peligro todo el discurso y que amenazaba, con persistir, en ser un disparo certero en la línea de flotación del club, mandando al garete su propia confianza. Insisto, aunque de manera exigua el Recre ha parado esa hemorragia y se ha podido levantar para mirar el futuro con más optimismo.

La guinda al pastel sería un triunfo en Córdoba. Plaza amiga, rival complicado. Una victoria con pedigrí que le reportaría, aparte del valioso beneficio en cuanto a puntos en sí, un golpe moral de indudable calado para seguir aumentando en ese intangible del fútbol que se llama autoestima.