La crisis debe servir al menos para que definitivamente tomemos conciencia de la dura realidad a la que nos enfrentamos y de que aquellos días de vino y rosas ya nunca volverán. Hay algunos que no se enteran. Cierto. Pero la mayoría de las personas, la mayoría de los políticos, es plenamente consciente de la situación por más que haya quien aún mantenga determinados tics del pasado reciente.
Durante un buen puñado de años habrá que olvidarse de la construcción de grandes infraestructuras. Ni el Gobierno central ni el autonómico tienen un euro. Y el dinero con el que cuentan deben dedicarlo a asuntos más perentorios y necesarios. Por tanto, ni Madrid construirá el AVE ni Sevilla la autovía de la Sierra, por citar los dos proyectos que todavía hoy saltan de vez en cuando a la palestra. Cuanto antes se asuman las circunstancias, mejor para todos. De nada sirven los habituales y estériles enfrentamientos políticos.
Hoy lo lógico es proceder como ha hecho el presidente de Renfe, que durante una visita a la provincia ha hablado de medidas que sí es posible adoptar: mejorar la conexión ferroviaria con Sevilla y Madrid o poner en marcha billetes que combinen el uso del tren y el autobús y supongan una disminución en el precio. Eso sí es actuar con cabeza.
Al fin y al cabo es lo que viene defendiendo desde hace mucho el coordinador provincial de Izquierda Unida, Pedro Jiménez, que en este tema fue un adelantado a su tiempo. Y no le resultó mal a nivel electoral. Lo que quiere decir que hay numerosos onubenses que tampoco consideran que el futuro de Huelva esté, por caso, en la llegada de la Alta Velocidad.
Y con respecto a la autovía de la Sierra, tres cuartos de lo mismo. A lo máximo que se puede aspirar es a mantener la actual carretera en buen estado y a desdoblar los tramos más problemáticos. O sea, a continuar por el camino seguido hasta ahora.
Sinceramente pienso que los políticos tienen claro lo que hay, pero que les cuesta renunciar a su habitual verborrea. Sin ella se sienten indefensos, desprotegidos, inútiles. Y ese es mal asunto.
No obstante, hay que reconocer que, pese a la grave situación econónima, pese a las interminables listas del paro y pese a las escasas perspectivas de futuro que existen, la crispación ha disminuido a nivel provincial en varios grados en los últimos tiempos. Y ese es buen asunto. Lo único que resta es, con la mano en el corazón, la mente fría y pisando firme el suelo, establecer una hoja de ruta que marque los intereses y las prioridades de esta tierra. Y son las mismas para todos. No lo duden.




1 comentario en «CALLE PUERTO
Pie a tierra
[Rafael Pérez Unquiles]»
unos dice,,una cosa,,y otros dice otra
,y otros no estan de acuerdos
y yo no llego a fin de mes
que me acuerdo de la peseta
mi peseta donde esta
donde esta mi peseta
que el euro no vale naa
donde esta mi peseta
que yo no llego a fin de mes
que me acuerdo de mi peseta
yo tenia una peseta,ahora no tengo naaa
en Chicago de mazagon
mi peseta donde esta
donde esta mi peseta
que el euro no vale naa
MI VIDEO DE EL EURO NO VALE NÁAA,,http://www.youtube.com/watch?v=9qWZuOnoI4A&feature=share&list=UUE0lafiFfKx17_Z1jU1S0ng