Miranda de Ebro. Cita el domingo para el Recreativo de Huelva. Momento importante para que el equipo de Sergi Barjuan reafirme su posición más que cómoda en la tabla y, porqué no, empiece a depositar sus miradas en algo con más caché que la simple permanencia.
Me mantengo fiel a lo que he dicho siempre: el objetivo prioritario del
Decano esta temporada es mantenerse. Pero no voy a ocultar una realidad, la que marcan los 31 puntos que tiene en el zurrón, que le permiten vivir sin sobresaltos cuando se ha pasado el Ecuador de la Liga. Cierto es que queda mucha tela por cortar, pero las sensaciones que emana el Recre son buenas, y a poco que mantenta una velocidad de crucero aceptable en la suma de puntos, habrá alcanzado su objetivo antes de tiempo.
Y eso, en una Liga tan puñetera como equilibrada como es la Segunda División, se traduce en estar en una pomada con retos superiores. Porque la matemática es contundente: si te alejas de abajo, te metes arriba, y no hay más.
Afronta el Recre el domingo su primer partido fuera de casa de la segunda vuelta. Acude a un campo exigente como Anduva –lo comprobó en sus carnes en septiembre en la Copa del Rey- con la tranquilidad que le otorgan los 31 puntos de su casillero, base sólida en la que sustentar el fútbol que desea y que, con luces y sombras, le ha llevado a donde está. El Recre llega a este partido con dos precedentes muy diferentes. Porque las dos últimas salidas del Decano han sido como la luz y la noche. Un equipo que brilló como nunca en Córdoba, y otro que anduvo entre tinieblas en Huesca.
No se esperan facilidades para el Recre en Miranda de Ebro, donde aguarda el Mirandés, un recién ascendido que ya puso en apuros al Decano en Huelva pese al triunfo albiazul. En la Copa el equipo burgalés se tomó cumplida revancha, y llega ahora ese compromiso en el que quien más tiene que perder es el equipo local. Para el conjunto onubense, a priori, sólo le esperan
beneficios. Que serían importantes en el caso de una victoria.
Con 34 puntos a falta de un partido para cerrar el mes de enero –si gana, claro-, el Recre podría hacer su apuesta por una carta más alta. Sin perder la perspectiva y teniendo claro que esto es muy largo, los onubenses entrarían en la pelea por la promoción de ascenso, un reto ambicioso que daría lustre a un final de Liga que se presume ahora mismo muy diferente al de la pasada temporada.
Sin prisa, pero sin pausa, el Recre está completando una temporada más que aceptable. Con altibajos, a veces cometiendo errores por correr demasiados riesgos, pero apostando firmemente por una idea de juego, opuesta a la del fútbol metalúrgico que se ha visto por estos lares en las campañas precedentes, el Decano puede abrir una puerta para la esperanza si es capaz de coger esa velocidad de crucero que en esto de fútbol se llama regularidad. Y está en ello.