Huelva se encuentra pendiente del cielo. Mientras las hermandades ultiman los preparativos de sus salidas, que ya están en puertas, los cofrades rezan para que la madre naturaleza permita que realicen sus estaciones de penitencia. De momento, la información meteorológica es la más seguida en los distintos medios de comunicación y cada mañana lo primero que hacen hermanos, penitentes y costaleros es sacar la mano por una de las ventanas de sus hogares para comprobar si llueve.
Pero no es su única preocupación. Hay más. Por ejemplo, los cofrades más puristas, esos que quieren que las reglas de la Semana Santa sean férreas e inamovibles, también aguardan para ver cómo resultan los cambios que ha introducido el nuevo presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, Tony González. Sobre todo en lo que respecta a horarios y carrera oficial.
Hasta ahora, las normas eran bantante estrechas en lo que se refiere a horarios de salidas y de paso por la carrera oficial. Sin embargo, el señor González, con el apoyo mayoritario de las hermandades, han optado por flexibilizar las reglas. Hasta el punto de que la centenaria Hermandad del Nazareno hará su recorrido, si el tiempo lo permite, sin necesidad de estar encorsetada por la normativa que marca la carrera oficial.
Y también las hermandades de las barriadas más alejadas del centro tendrán libertad para adaptar las salidas a sus necesidades en caso de que la lluvia cree problemas. Además, si la cruz de guía de alguna de ellas debe regresar al templo, este año podrá volver a la calle. Algo absolutamente prohibido en tiempos de Modesto Fernández al frente del Consejo.
Pero esto no gusta a todos. De hechos hay reconocidos e influyentes hermanos de las cofradías que aseguran abiertamente que semejante permisividad puede convertir la Semana Santa de Huelva en un carnaval en el que cada cual hago lo que le parezca. Y que esto va directamente en contra de una Semana Santa que pretenda ser seria. Dicen que lo que provocarán esta flexibilización es que muchos hermanos -de los buenos- enfilen la A-49 camino de Sevilla, donde, aseguran, sí saben lo que es una Semana Santa y cómo debe manejarse.