Igual que cuando acabó el partido de Lugo. Cuando el rival te hace dos
goles y te pasa por encima, Sergi dijo que su equipo había hecho un partidazo. Ayer lo mismo. Cuando vimos a un Guadalajara creando innumerables ocasiones de gol, cuando todos los compañeros de los medios decíamos que el partido había sido un pestiño, cuando la grada pitó en diferentes fases del partido, aparece el técnico y dice que le había encantado su equipo. O es tonto o nos toma por tontos. El técnico tira de ironía y su prepotencia no le permite reconocer que su equipo ha ido de más a menos.
3.900 personas en la grada que vieron lo mismo que todos vimos, a un Recre que ganó utilizando el anti sistema que el entrenador había propuesto, atrincherado en la segunda parte, recibiendo ocasiones de gol, y saliendo a la contra para pillar alguna oportunidad. Y así, saliendo en velocidad, Chuli y Arana generaron las dos únicas ocasiones en la segunda parte.
Pero Sergi no es capaz de reconocer que su propuesta de fútbol ha fracasado. Le cuesta reconocer que siendo vulnerable en defensa no se va ninguna parte, les cuesta reconocer que su equipo no ha hecho en 37 partidos ni un solo gol de falta directa, ni indirecta. Le cuesta reconocer que sólo remata el 5% de los saques de esquina que ha sacado su equipo… En definitiva, su bisoñez ha quedado de manifiesto en esta temporada. Y no sólo en el ámbito deportivo, sino también en el ámbito de la comunicación. Ayer fue el colmo cuando tras su rueda de prensa mi teléfono echaba
humo de tantos mensajes de aficionados que oían en directo la alocución del técnico.
Digo que cada día que va pasando el entrenador pierde más crédito si es que le queda alguno. Jamás la prensa en Huelva había sido tan unánime al calificar a un entrenador, que si continúa, lo tendrá muy complicado la temporada que viene. La calle así lo dice.
Con la afición en contra y con los medios de comunicación en su contra al el 100%, no sería yo el presidente que le mantendría en el cargo de cara al próximo año deportivo.