El señor Wert es un hombre inteligente. Sin duda. Y obstinado. Sígase su brevísima trayectoria ministerial. La obstinación es sinónima de pertinacia pero también de porfía y de terquedad. Llegados a esos extremos de parecido, los matices juegan en contra de su política. Que por qué. Porque se provoca exasperación.
De ahí a la cólera, un paso. A la alteración, un par de manzanas. Y al enfurecimiento, un poco más de equivocada medicina.
Las becas constituyen un elemento de conflicto actual de primera magnitud. Estudiar gratis no es una broma. La probabilidad de cursar estudios universitarios deviene una posibilidad. Entre lo probable y lo posible media un precipicio de incomprensiones.
El peligro de ese precipicio estriba, entre otras cosas, en los resortes de seguridad que se ofrezca a quienes deambulan por el único sendero de tránsito. Es en esta escala de obstáculos donde el señor Wert nos muestra que antes que obstinado, es terco y tozudo hasta la enervación.
La nota media de 6,5 que exige el ministro evidencia que este señor tiende más al calentamiento de los ánimos que a la búsqueda de soluciones viables. El hombre parte de una realidad inexistente. Oiga, si es de inteligentes el andar con seguridad y buen paso, no exija correr al galope largo a quien experimenta el trote corto. Comience con un aprobado de 5 y, poco a poco, eleve el listón. Si como él mismo declara, las becas son pagos por estudiar, no pida imposibles. En todo caso, establezca una gradación de cantidades proporcionales a las calificaciones.
Los estudiantes becados recibirían estímulos económicos distintos según su capacidad y su nivel de esfuerzo. Pero no se prive a nadie de la ayuda académica si ha sido capaz de aprobar todas las materias.
2 comentarios en «TERETES.
La beca.
[Paco Velasco]»
Decía ayer el Profesor Centeno, Catedrático y Doctor en Ciencias Económicas, que el problema no era poner un nivel mínimo a las notas del estudiante para ser becado. El problema es que el Estado Español no tiene suficiente dinero para otorgar becas y de ahí, para eludir mayores explicaciones y no recortar más a las Universidades y al personal Universitario en todos sus estamentos, ahora le tocaba el turno «sofisticado» de imponer una nota de 6,5 de media por curso. Dicho en román paladino, que «verdes las han segado». ¿Acaso usted conoce a algún profesor o catedrático que sea totalmente imparcial en sus calificaciones? o acaso no recuerda la repetida frase: ¡Cuidado con el Profesor/a – Catedrático/a que es un hueso! afamados por sacar la guadaña y suspender al 90% de la clase en Junio y otro 85% en Septiembre. El problema económico de la Universidad Española, viene porque el Estado Español debería realizar préstamos por los importes de matrículas, libros, PC’s portátiles, e incluso alojamiento a quién lo demandare (alumnos matriculados), con la obligatoriedad de los beneficiarios de estos préstamos (sin intereses) de ir amortizándolos una vez se incorporen al mundo laboral, al igual que se paga por ejemplo, las cuotas a la Seguridad Social. Estas amortizaciones serían de obligado cumplimiento aún trabajando en el extranjero, bajo la suspensión del Título Universitario alcanzado.
Creo que el 6,5 no es una realidad inexistente. Hay muchos alumnos que lo consiguen. Qiuzás el camino es convertir esta realidad inexistente en existente.
Pero la cuestión está quizás, en qué hacemos con esos miles de alumnos que están en nuestra universidad y no tienen la capacidad suficiente para estar en ella.