Una cosa es que la izquierda esté en horas bajas y otra muy distinta que la derecha, entiéndase el capital o los propietarios de los medios de producción, vengan ahora a hacer lo que les dé la real gana con el Estatuto de los Trabajadores y, lo que es más preocupante, con el sentido común.
El director de Relaciones Laborales de la CEOE, que ya ha pedido disculpas después de la que ha liado la criatura, tiene un concepto muy particular de los derechos de los trabajadores. Antes de seguir adelante y ponerlo verde, verde limón más bien, quiero dejar constancia de que servidor, que recuerde, nunca ha tomado vacaciones por ninguno de los casos que establece el artículo 37 del Estatuto de los Trabajadores. Ni tomé quince días cuando me casé porque trabajaba por mi cuenta y podía cogerme los días que me salieran del alma, o los que me permitiera la cuenta corriente, que creo que fueron tres o cuatro, ni tuve dos días de vacación cuando nacieron mis hijos o murieron mis padres. Así de claro. He procurado trabajar toda mi vida todo lo que he podido e incluso más. De modo que dicho esto, puedo continuar diciendo que lo del señor De La Cavada es un ataque frontal a los derechos de unos trabajadores que se están comiendo con papas toda esta historieta de mal gusto que viene a ser la manera de afrontar la crisis estructural. No la crisis coyuntural del ladrillo de las narices, no. De la crisis estructural, queremos advertir, de una crisis que es de mucho mayor calado que la anterior y que afecta o seguirá afectando, dada la inoperancia de la izquierda actual, al futuro de la clase trabajadora.
Termino de explicar esta cuestión por si hubiera alguien todavía no consciente de que los modos de producción están cambiando, que hoy no sólo se produce más, con una mayor calidad y en menos tiempo, sino – y esto es lo verdaderamente trascendente – con menos trabajadores, con muchos menos trabajadores. Insistimos en esta cuestión porque da la casualidad de que los empresarios y los partidos de la izquierda esta ridícula que soportamos en España, no dicen ni mu del futuro del mercado laboral, un mercado que dado que se reducen las horas necesarias para producir, y producir, insisto, mucho más y mejor, no va a tener reparo alguno en albergar en sus filas a un número cada día mayor de desempleados, de gente sin ocupación que inevitablemente tiran de los salarios a la baja, o los tiran por los suelos, como es fácil de colegir. Pero esto, al parecer, no tiene importancia.
Será menester por lo tanto decirle a este señor de la patronal y a los dirigentes de la izquierda esta tan despistada, demagógica e inoperante que sufrimos, que va a ser necesario que al menos sopesen la oportunidad de ir reduciendo la jornada laboral y aumentando los sueldos, para que todos, repito y ahora en voz alta, TODOS nos podamos beneficiar de los adelantos y mejoras que de la incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación están resultando. De momento sólo los propietarios de los medios de producción, cada vez más ricos y dichosos, se están beneficiando de estos adelantos, por lo que no estaría mal que redujeran la jornada laboral, que aumentaran los sueldos y entonces, sólo en ese caso y a partir de entonces, nos podrían pedir a los sufridos currantes que nos vayamos muriendo rapidito y sin molestar. Yo, por mi parte, firmo y luego, si me da la real gana, voy y me muero.