Si no tengo mal entendido, la Unión Europea, creó y aún mantiene unos fondos con dotación en dinero contante y sonante en euros, para dotar a aquellos países que se iban incorporando como estados de pleno derecho en el ámbito de dicha Unión Europea, con el fin de paliar las enormes diferencias de desarrollo y modernización que existían y aún existen entre algunos de los nuevos países incorporados, y dentro de los ya lejanamente incorporados, como es el caso de España, de algunas regiones con una renta per cápita menor que la media europea. La ampliación de la Unión Europea hacia los países del este, es decir, Polonia, Letonia, Estonia, Lituania, República Checa, Eslovaquia y posteriormente las colistas Rumanía y Bulgaria, hicieron que por arte de bibibirloque, la media española subiera a cotas muy cercanas al 85% de esa media europea, haciendo sonreir a los más ingenuos al mirarse en ese espejo, convertido de la noche a la mañana en mero espejismo. Es más, aún recuerdo algunas frases del ex Presidente socialista de la Nación, Don ZP, que pregonó eufórico que para estas fechas España habría sobrepasado en renta per cápita a la cantarina y berlusconiana Italia e incluso a la chovinista Francia de Sarkozsy. Palabras que se llevó el viento, como el viento del desierto sahariano difumina por la acción del vuelo de sus arenas, cualquier espejismo.
Cuando algunos políticos escriban sus memorias, sin omitir nada de lo que guardan en su memoria, tendrán que sonrojarse de lo que hicieron y lo que no hicieron con los dineros que recibieron para el PER. Estos dineros, bien saben todos ellos sin excepción, no fueron enviados desde Bruselas para barrer las calles de los pueblos, ni poner allí una fuente o acá, una caseta de feria, para que el ayuntamiento de turno agasajara a sus mayores y de paso, granjearse la simpatía de sus vecinos para asegurarse y lograr los votos que garantizaban su permanencia en sus respectivas poltronas municipales. No, ni mucho menos; esos dineros se enviaban con la mejor intención para que la población de zonas deprimidas, al tiempo de no tener que emigrar a regiones más ricas de cada nación integrada en la Unión Europea, despoblando las tierras de sus raíces, fuera alcanzado paulatinamente cotas de renta per cápita a la media europea (como un primer paso). Con esta primera medida, se evitaba lo que hoy está pasando, por no haber hecho lo debido con el dinero del PER, el envejecimiento de la población rural.
No sé para que se han contratado a esos miles y miles de asesores, ya sea en la Administración del Estado, ya sea en las Administraciones Autonómicas, o simplemente, en las Administraciones Locales, si luego se ha derrochado estas enormes cantidades de dinero, miles de millones de euros, y “regalar un pescadito diario” a cada boca hambrienta del campo y no “haberles enseñado a pescar”. Esto ha sido así, y lo poco que nos queda del antiguo PER, sigue la misma pauta. ¿Qué se hará de aquellos pueblos cuando se nos acaben estas ayudas de Bruselas?. Porque no hay que engañarse, tal y como se ha administrado por todos los políticos gobernantes, esas ingentes ayudas, ¿Qué quedó?….fábricas, casi ninguna, alguna cooperativa agrícola que subsiste a base de subvenciones (en su mayoría por su mal diseño y deficiente gestión) y pare usted de contar. Dirán algunos que los pueblos mejoraron. Mejoraron de cara al turismo, que por casualidad no va por aquellos lares. Ahora toca el gasto de mantenimiento y los ayuntamientos, para esta necesidad, ¡vaya! no tienen dinero, porque desgraciadamente no generan dinero. El dinero, lo genera la Industria, la Agricultura, la Ganadería y el Comercio bien estructurados. Y si no, que les pregunten a los vecinos de Palos de la Frontera o a los de Lepe si no fue un gran acierto el reconvertir sus tierras en plantaciones de fresa, y con el rendimiento de la venta de este “oro rojo” crear cooperativas y empresas freseras que garantizan trabajo todo el año, y además brindan la posibilidad a que otras personas se puedan beneficiar de esta estructura productiva, aportando su trabajo. Es decir, no tuvieron ya que emigrar sus vecinos, sino que otros vinieron a estos hermosos pueblos a ganarse honestamente su pan trabajando.
Lo más curioso, y ahora me refiero a Andalucía, es que podría ser la auténtica California de Europa, por la variedad de climas, de terrenos, de nuevas industrias agroalimentarias, de sus puertos, del propio enclave geográfico, puente con América y Africa, y con ello de sus posibilidades turísticas, todo ello, si quién debe reestructurar económicamente esta Comunidad Autonómica, así lo hiciera. Pero como los políticos de Andalucía, visto lo visto, son muy de banderías, prevalecerá sobre ellos, las consignas de partido, desaprovechando la mejor ocasión para equilibrar su economía, que al parecer depende solo “de los recortes” y no de los aportes que proceden del PIB que generaría Andalucía bien gobernada, que ya toca. Entre otras razones, importantes razones, disminuirían las cifras de Paro, que baten todos los records en España, tanto de población Femenina como la Masculina, en primera demanda de Empleo, menores de 30 años, mayores de 54 años. El PER, se creó para desarrollar las regiones, no para dar la limosna del “pescaito”.