Juan José Cortés, padre de la tristemente célebre niña onubense muerta a manos de Santiago del Valle y asesor del Grupo socialista del Ayuntamiento de Sevilla, ha publicado este sábado en la red social Facebook una entrada en la que manifiesta sentirse «dolido» a cuenta de «las injusticias» de las que es objeto. Su denuncia se debe a que la Fiscalía reclama para él siete años y ocho meses de cárcel a cuenta del tiroteo ocurrido en septiembre de 2011 en el barrio onubense de El Torrejón.

La Fiscalía de Huelva ha formulado ya su escrito de acusación contra Juan José Cortés, el padre de la pequeña Mari Luz, y cuatro familiares suyos, a los que acusa de delitos de homicidio en grado de tentativa, de tenencia ilícita de armas de fuego y amenazas, tras participar supuestamente en una reyerta que tuvo lugar en septiembre de 2011 en la barriada onubense de El Torrejón.

Según en el escrito de acusación el fiscal le impone a cada procesado ?Juan José, su padre, su cuñado y sus dos hermanos? siete años de prisión por el delito de homicidio en grado de tentativa, así como ocho meses de cárcel por tenencia ilícita de armas de fuego. Sé que hay políticos, gente del ámbito de la justicia y personas a las que no les gusta nada la lucha por una justicia justa en España y por la cadena perpetua. Además, únicamente para Juan José Cortés solicita dos años y medio de cárcel más por tres delitos de amenazas.

Después de que el pasado jueves se hiciese público el escrito de la Fiscalía, Juan José Cortés ha publicado este sábado en la red social Facebook una entrada en la que se muestra «muy dolido con todas las injusticias que estoy viviendo». «No entiendo por qué se me quiere criminalizar e inculpar de una cosa que no he cometido. Lo diré por activa y por pasiva, sé que hay políticos, gente del ámbito de la justicia y personas a las que no les gusta nada la lucha por una justicia justa en España y por la cadena perpetua», explica en esta entrada. «Sé que incomodo a muchos políticos, porque en sus aspiraciones puedo ser una chinita en el zapato, y puedo ser víctima de una persecución, pero eso nos es motivo para querer hacer daño a mi familia, sé que tarde o temprano Dios me justificará y me recompensará de tanto dolor e injusticia», concluye.