La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha favorecido, por medio de la concesión administrativa de un total de 664,72 hectáreas de titularidad pública, la puesta en marcha de hasta 77 explotaciones familiares agrarias en la Zona Regable del Chanza. Éste es el resultado, como lo ha puesto de relieve la delegada territorial del ramo, Josefa González Bayo, de una iniciativa con “un marcado carácter social” en la que la provincia de Huelva es pionera en el conjunto de Andalucía y que tiene su origen en la Ley de Reforma Agraria.
Josefa González Bayo, en el marco de su recorrido por unas par-celas que se extienden desde Ayamonte y Villablanca hasta Isla Cris-tina y Lepe, sin olvidar Cartaya y Aljaraque, ha resaltado la impor-tancia de estas adjudicaciones de fincas que estaban adscritas al extinto Instituto Andaluz de Reforma y Desarrollo Agrario (IARA), “porque, por un lado, han permitido que estas tierras sean productivas; y, por otro, la incorporación a la agricultura de jóvenes emprendedores demandantes de su primer empleo”. Un capital humano que, según ha valorado, “con su esfuerzo e ilusión, ha aportado savia nueva, innovación y, por consiguiente, generación de riqueza a la comarca, a nuestro medio rural, en unos tiempos tan difíciles como los actuales”.
El proyecto contempla, en este sentido, la asignación del suelo en régimen de concesión administrativa por un periodo de cuatro años en los que el adjudicatario ha de abonar un canon. Una vez transcurrido este tiempo, el beneficiario ya puede acceder a la propiedad de su parcela, con un precio de compra al que se le descuenta la cantidad pagada en los años anteriores. No obstante, con la mirada puesta en la continuidad de la explotación, en el caso de que el agricultor no cuente en ese instante con capacidad económica para hacer frente a la liquidación siempre puede optar por prorrogar la concesión hasta en 25 años bajo las mismas condiciones.
A fecha de hoy, como ha indicado la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente en Huelva, 23 de los 77 conce-sionarios están ya en posesión de las escrituras, lo que emerge como una garantía de continuidad de la actividad en esas fincas. Un punto en el que, desde la Junta de Andalucía, con el fin de facilitar el acceso al crédito, se ha abierto la posibilidad de suscribir hipotecas a favor de la Hacienda Pública.
Esto es algo que, en palabras de Josefa González Bayo, “se anto-jaba necesario, dado que a la hora de conceder los lotes se primaba el acceso a personas con escasos recursos económicos y que, en consecuen-cia, pueden sufrir trabas a la hora de obtener préstamos bancarios”. También se han tenido en cuenta a la hora de resolver el concurso otros aspectos como la residencia en la zona, la formación mediante cursos para la incorporación al sector y la titulación agraria.
El perfil del adjudicatario
El perfil mayoritario de los concesionarios de estas 77 parcelas, que tienen, en su conjunto, una superficie media de 8,41 hectáreas y abarcan a seis municipios de la Zona Regable del Chanza, es la de un joven emprendedor, muchos de ellos hijos de agricultores que han encontrado en el sector una salida profesional y que prosiguen, de este modo, con la tradición familiar. Otro dato a resaltar es la incipiente incorporación de la mujer. En torno al 25 por ciento de estos asenta-mientos son dirigidos por ellas.
Los cultivos elegidos para sus aventuras empresariales van desde las fresas hasta la naranja, sin dejar atrás otros productos que se abren cada vez más paso en los mercados y que aportan el valor añadido de la diversificación al campo onubense. Entre ellos, los nectarinos, los caquis, los aguacates, las frambuesas y los caquis.