6 diciembre 2024
Andalucía necesita menos
Andalucía necesita menos

DESDE MI VENTANA:
35 años de nuestra Constitución.
[Aurelio Pino Domínguez]

Aurelio Pino DomínguezEl día 6 de Diciembre se conmemoraba el 35º aniversario de la aprobación en Referéndum de la actual Constitución Española. Ya han pasado solo 35 años y para muchos ha quedado anticuada, fuera de los tiempos que corren, prácticamente inservible.

Esta Constitución la podríamos llamar de muchas maneras: de la Concordia, del Perdón Mutuo, de la Paz y Prosperidad, o simplemente de las Libertades.

Han pasado apenas esos 35 años, y algunos se empeñaron en que esta Constitución ya no fuera ni la de la Concordia, ni del Perdón Mutuo, ni de la Paz y Prosperidad y ni de las Libertades. Con mirar a nuestro alrededor comprobamos que no todos somos fieles a su espíritu, ni a sus símbolos. De la pretendida unidad del Estado bajo la Administración en Autonomías de los diversos territorios que componen España, vemos que Vascongadas quiere ser solo Euskadi o Euskalerria y salirse del tablero. En Navarra, bajo la contaminación de los pro euskadistas o vasquistas, la quieren convertir solo en Nafarroa. Cataluña, para no ser menos, con su Molt Honorable Artur Mas, tira de su particular memoria histórica y pretende reavivar el Estat Catalá erigido en plena II República y arrastrar a otras Comunidades afines en su lengua para su proyecto independentista. De momento los antiguos Reinos de Valencia y el de Mallorca, solo pretenden ser lo que verdaderamente son: Valencianos y Baleáricos. Galicia, a pesar de ciertos movimientos pro galeguistas, se mantiene fiel a esa unidad del Estado, que con lo que ha llovido, es de agradecer.

En cuanto a sus símbolos, esa fidelidad que en cualquier otra Nación se percibe a simple vista, aquí ha perdido toda su vigencia. Para no divagar, hagamos una pequeña comparación con Estados de Europa que tengan su Constitución y una Monarquía Parlamentaria, como es el caso de Bélgica, Holanda, Reino Unido, Dinamarca, Suecia, Noruega o el Gran Ducado de Luxemburgo. El primer símbolo, el de la tradición en sus Familias Reales, siguen siendo respetuosas con las Leyes de sus respectivos países y a su vez, respetadas por su pueblo, no utilizando éste las libertades con las que goza, para zaherir como norma a los representantes de estas familias, es decir a sus Reinas y Reyes. Miren ustedes que es lo que ocurre en España. No haré ningún comentario al respecto para no quitar protagonismo ni a las revistas del corazón, ni a los periódicos por sus columnas de información especializada en Juzgados y demás Escribanías.

El otro símbolo, quizás el más sufrido, es el de la Bandera. No conozco a ningún país del mundo que nadie vitupere y menos queme a su propia bandera. Aquí es como si fuese un deporte que se practica cuando alguien del populacho que no del pueblo, con la cara tapada, se “atreve” a semejante barbaridad, siempre como no, bajo la impunidad y escoltado por la barahunda de sus proselitistas. Generalmente no se aplica ningún castigo a estos “valientes”, con lo que los poderes legalmente constituidos, en su dejación de funciones, nos dan la sensación de que aquí ya todo vale.

Para colmo, tenemos el grupo de los nostálgicos, siendo ultimamente más numerosos los que portan en cualquier manifestación en la vía pública la “tricolor”, es decir, la bandera de la II República. En cualquier lugar del mundo, en cualquiera repito, nadie se manifiesta con una bandera que no sea la actual de su País. Esta especie de “milagro” en uso de unos mal entendidos derechos solo se da en España.

Recientemente hemos podido comprobar que el actual Presidente de la Diputación de Huelva, Sr. Caraballo, posaba en varias fotografías con un grupo de estos nostálgicos que portaban la tricolor, siendo que el Sr. Caraballo debiera representar al Estado (y a su Constitución), donde viene estipulado que la bandera española es la que todos conocemos, o dicho de un modo más festivo, la que vemos multitudinariamente en las calles cuando gana nuestra selección de fútbol: Roja, amarilla y roja. El color morado aparece cuando llega la Semana Santa. Pero no solo se fotografía el Sr. Caraballo con los que portan la tricolor, sino que admite en un Pleno de la Diputación que el público asistente porte esta bandera y sea admitida una moción del Diputado por IU, Sr. Sánchez Rufo, para que en dicho Pleno, la Diputación se manifieste en pro de la República. Como vemos, estamos viviendo un permanente esperpento. Aún no ha muerto el Rey (solo es una expresión) y ya quieren una República. Es decir, aún no ha muerto esta Constitución, y antes de que nazca otra nueva, algunos pretenden imponer un modo de Gobierno. Seamos prudentes y pacientes; quizás a la vuelta de varios años, España pudiera devenir en República porque así lo pidiera el pueblo español, que es soberano de su destino, ¿por qué no?, esto pudiera suceder, pero también puede suceder que no lo sea. Mientras tanto, respetemos el único símbolo reconocido y guardemos, no sin nostalgia, el que algunos la lleven en su corazón. Eso si es libertad.

1 comentario en «DESDE MI VENTANA:
35 años de nuestra Constitución.
[Aurelio Pino Domínguez]
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  1. Los de IU toman la tricolor como bandera propia. Los socialistas la miran con nostalgia y le pasan el relevo a UGT, que cuando sale a la calle nunca portan la bandera constitucional. Me recuerdan la frase de la madre de Boabdil El Chico: «Llora como……»

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