El Ayuntamiento de Cartaya es el primero a nivel nacional, y uno de los tres a nivel europeo, que va a poner en marcha un proyecto pionero de gestión eficiente del consumo energético, el proyecto europeo E-Place, en el que participan un total de 10 entidades públicas y privadas, entre las que se encuentran el Consorcio Fernando de los Ríos y la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta de Andalucía, y que coordina la empresa sevillana Wellness Telecom.
El proyecto, que se desarrolla con fondos europeos del Séptimo Programa Marco de Investigación y Desarrollo, pretende optimizar los recursos, promover el ahorro energético e incentivar el consumo responsable de energía en un conjunto de edificios públicos ‘pilotos’, donde se pondrá en marcha de forma pionera y sin que suponga coste alguno para las instituciones implicadas.
Consiste en la instalación en estos edificios de un sistema de energía inteligente, que permitirá realizar una medición constante y un control de las fuentes de energía con vistas a medir su evolución. Así, asegura Gerardo Romero, responsable del proyecto por parte del Consorcio, “E-Place permitirá, mediante un método TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación), y a través de la generación de dos plataformas de gestión, obtener información sobre el uso de energía en los edificios públicos, y proponer soluciones efectivas, consejos y buenas prácticas adaptadas a las necesidades concretas de cada uno de ellos y sus usuarios”.
En el caso de Cartaya, cuyo ayuntamiento ha sido seleccionado por “su apuesta por experiencias relacionadas con las energías renovables y el medioambiente”, el proyecto se desarrollará durante los próximos 20 meses en tres edificios públicos: el Edificio Consistorial, el Centro Cultural y el Aula de Guadalinfo, ubicada en el edifico del Mercado Municipal. Su implantación, según ha destacado la concejala de Economía, Lucía Rodríguez Gullón, “pretende incentivar el consumo responsable y la adopción de medidas concretas que nos permitan detectar donde podemos actuar para reducir los costes energéticos, optimizar los recursos y promover el ahorro”.
Así, y con la implantación de esta tecnología, destaca Romero, se realiza una medición y un control de las fuentes de energía y el desarrollo de la sensibilidad de los usuarios dentro de un edificio público, “para demostrar que es posible a través de estas medidas, una reducción superior al 15% en el consumo anual de energía”.