Jonathan Moya, principal imputado por el secuestro y muerte de Míriam, la niña onubense de 16 meses de Palma del Condado, ha acusado este miércoles ante el juez de «forma clara, directa y diáfana» a una tercera persona como autora material del crimen y ha explicado que esta supuestamente se «cayó» con la pequeña «corriendo por un monte».
Así lo ha indicado el letrado que ejerce su defensa, José Ramón Cantalejo, quien ha asegurado que la versión ofrecida por Moya González «sobre el tracto temporal de los últimos momentos» de vida de la bebé en la que ha sido su tercera declaración ante el magistrado instructor es «coherente» con «algunas de las pruebas periciales» que obran en la causa.
En concreto, ha hecho alusión a la ampliación del informe de autopsia dada a conocer este miércoles en que se señala que sufrió un traumatismo craneoencefálico y descarta «el ahogamiento violento» para apuntar a la asfixia «residual». «Después del golpe en la cabeza, en la acción de envolver el cuerpo en un plástico y meterla en una bolsa, si aún le quedaba algo de vida la pobre niña», ha explicado.
Cantalejo ha indicado, asimismo, que la autopsia revela «traumatismo en el cuerpo» de la bebé que «no se corresponden con los de una niña agredida, pero sí coincide con la versión dada por Jonathan Moya sobre como fueron los desgraciados momentos finales».
Cabe recordar que en los informes biológicos sobre las muestras recogidas en el lugar donde apareció el cadáver que figuran en el sumario se recogen «alelos extras de procedencia desconocida» que fueron detectados en las perneras de los leotardos que vestía» y la presencia de un cabello en una de sus manos que no coinciden con las características genéticas ni de los investigados hasta el momento ni de la madre de la menor, Gema Cuerda.
Por otro lado, fuentes del caso han asegurado a Europa Press que la persona a la que Moya González ha acusado durante la comparecencia de este miércoles, en la que también ha estado presentes además de los imputados, la propia Gema Cuerda, es un «vecino de la comarca» donde se produjeron los hechos y ha insistido en el móvil que ya esbozó ante el juez hace meses y que pasa por una presunta «venta» de la menor.
DECLARACIONES DE LA MADRE
Gema Cuerda, la madre de la niña de 16 meses de Palma del Condado (Huelva) cuyo cuerpo sin vida apareció en diciembre de 2012 en el interior de una balsa de riego de Fiñana (Almería) después de siete días desaparecida, ha considerado un «absoluto disparate» la versión ofrecida este miércoles ante el juez por el presunto autor del crimen y ha afirmado que «no conoce para nada» a la persona a la que ha acusado de haber perpetrado materialmente la muerte.
«No lo conozco de nada pero es que es mentira todo lo que ha dicho, no me creo nada y para nada me cuadra», ha indicado en declaraciones a los periodistas Cuerda, quien ha asistido a la comparecencia fijada por el magistrado instructor en el marco de la Ley del Jurado junto a su nuevo abogado, Julián Cazorla.
Cuerda ha relatado que ha sido «una experiencia bastante dura y fuerte» el «volver a ver» a Moya González, con quien en el momento de los hechos mantenía una relación sentimental incipiente, y ha trasladado que, pese a sentirse «bastante mal, me obligo a estar fuerte porque lo que quiero es que se haga justicia con mi hija».
«Tengo fuerzas para escuchar todo aunque no me creo absolutamente nada», ha afirmado para, a continuación, en relación a los aspectos de la versión de Jonathan Moya que apuntan a su presunta implicación, apelar a las «pruebas». «Yo realmente soy inocente y la persona a la que le han matado a su hija», ha subrayado.
Al hilo de esto, ha manifestado estar satisfecha por que el juez haya decidido tramitar como pieza separada la presunta agresión sexual que sufrió por parte de Moya González y que ella denunció en el puesto de la Guardia Civil de Gérgal cuando se personó para contar que él se había llevado a «su hija y sus pertenencias personas» tras mantener una «fuerte discusión».
«Estoy contenta con todo lo que se haga. Mientras se sepa la verdad, lo que haga falta y el tiempo que haga falta», ha dicho.
Por su parte, su letrado ha considerado «demasiado prematuro» el sobreseimiento de la causa con respecto a Raúl R.F., al que se imputa un presunto delito de encubrimiento, y ha coincidido en que la versión que ha ofrecido el principal imputado en su comparecencia «carece bastante de credibilidad».
«Las pruebas que hay en la causa son más que suficientes para incriminarlo como autor de un asesinato. Si hubo otra persona ya es otra cosa, pero está claro que hay prueba suficiente para incriminarlo», ha remarcado Cazorla, para quien el «mero hecho de insinuar» que su cliente estaba al corriente es «un disparate». «Mi cliente es la víctima y está destrozada», ha apuntillado.
Ha hecho alusión en este punto a los antecedentes penales de Jonathan Moya, trufado de condenas en firme por estafa y apropiación indebida, para cuestionar su nueva versión. «Sabemos cuál era su modus operandi y su manera de vivir y con eso está todo dicho».