La cerveza es una de las bebidas más consumidas en el mundo pero, ¿sabemos lo que realmente estamos bebiendo cuando disfrutamos de una cerveza fría? La realidad es que pocos imaginan que, al igual que el vino y el cava, su consumo habitual y moderado resulta beneficioso para nuestra salud. Eso sí, en su justa medida, ya que su consumo en exceso produce un efecto diametralmente opuesto. La moderación será lo que marque la diferencia entre el hecho de que la cerveza sea benigna o perjudicial. Lo saludable es consumir entre uno o dos vasos de unos 33 cl de cerveza al día.
Aquí te mostramos algunas de sus propiedades:
1. Reduce en entre un 30 y un 35% el riesgo de padecer infartos.
2. Eleva los niveles de HDL (lipoproteínas de alta densidad), conocido popularmente como colesterol bueno.
3. Gracias a su bajo contenido en alcohol y al carecer de azúcares y grasas, su consumo es aconsejable en cualquier dieta equilibrada.
4. Bajo nivel calórico. Una cerveza contiene menos calorías que un vaso de zumo de manzana, leche o refresco.
5. Al ser rica en potasio y baja en sodio actúa como diurético, ayudando a limpiar el organismo.
6. Reduce el riesgo de desarrollar piedras en el riñón, ya que el lúpulo fortalece el calcio de los huesos y previene la formación de cálculos.
7. La cerveza contiene ácido fólico, útil en la prevención de la anemia.
8. Vitaminas. En la cerveza están presentes todas las vitaminas importantes del grupo B y también contiene vitaminas A, D y E.
9. Mejora la piel. Algunas vitaminas presentes en la cerveza regeneran la piel y desempeñan un papel positivo sobre los pigmentos. Por lo tanto, se tiene la piel más lisa y flexible.
10. Previene la anemia en la menopausia. Los flavonoides que contiene son unos potentes antioxidantes relacionados con el incremento de la calcitonina. Al aumentar la actividad de las células que forman el hueso y disminuir la de las que lo destruyen evitan la pérdida de masa ósea tras la menopausia.