La Virgen del Rocío se encuentra en el altar de su ermita desde las 13,00 horas de este Lunes de Pentecostés tras recorrer la aldea, en Almonte, sobre los hombros de los almonteños durante casi diez horas y procesionar por delante de las 114 filiales.

El tiempo empleado ha sido casi tres horas superior al del pasado año, aunque lo cierto es que en 2013 la procesión fue extremadamente corta y este año se ha aproximado a la media de otras ediciones.

La salida ha tenido dos fases claramente diferenciadas, según ha explicado el presidente de la Hermandad Matriz, Juan Ignacio Roales. La primera ha estado llenada de dificultades y según sus propias palabras ha sido «muy difícil». Ha sido a partir de la llegada a la Hermandad de Huelva y con la luz del día cuando ha comenzado a normalizarse la marcha.

El retraso era tan grande y el paso de la Señora era tan lento que ha habido un momento en el que la camarista ha intervenido para llamar la atención de los almonteños y pedirles que avivaran.

Igualmente se han vivido momentos de incertidumbre al correr el bulo de que había vuelto a romperse uno de los varales. La realidad ha acabado por imponerse y la Virgen del Rocío ha procesionado con normalidad desde las 03,13 horas de la madrugada tras el conocido ‘Salto de la reja’, que no se ha producido con la extremada calma del año pasado. De hecho durante el recorrido, debido a la gran afluencia de personas alrededor de su paso, la Virgen no ha podido estar todo el tiempo de pie.

De este modo, la patrona de Almonte ha procesionado por la aldea rodeada de fieles que han disfrutado al contemplarla. Su recorrido ha sido el tradicional, de manera que las hermandades que tienen su sede en el mismo la han recibido en su propia casa y el resto se han acercado con su Simpecado a la procesión.

Una vez finalizada la misma, las hermandades comienzan a regresar a sus casas con el objetivo de iniciar el camino de vuelta a sus lugares de origen. Así, algunas de ellas lo harán ya esta jornada y otras este martes.