Siempre es admirable cómo cuando comienza el toque de campana y se apagan las luces de la Casa Hermandad del Rocío de Isla Cristina, un silencio total se produce en toda la Plaza de San Francisco para escuchar la oración cantada de la Salve al Simpecado. Y el Grupo «Calle Moguer», sin micrófonos, inundaron cada rincón con sus maravillosas voces cuando entonaron la Salve Rociera, ¡tan hermosa!, de Los Romeros de la Puebla, que se cantaba en la Misa del alba.
José Manuel Vélez Rodríguez a la guitarra y Alberto Casado Gutiérrez y José Manuel Vélez Padilla que forman el Grupo «Calle Moguer» de Huelva dejaron una semillita en la Hermandad no sólo con la Salve sino, también, con las sevillanas que hicieron especialmente para esa noche y que recogía el sentimiento cristiano y rociero que nos inunda a todo el que se pone delante de Ella. Sin duda alguna, un grupo con el que esperamos contar en más ocasiones porque, como dijeron muchos de los allí presentes, supieron a poco.
NOEMÍ DE LOS SANTOS CANTA LA SALVE
Comenzaron a sonar los primeros toques de la guitarra de Antonio Rodríguez «El Pirata» y las manos de Aimar Barberi acariciando el cajón, cuando se empezó a escuchar esa voz, desgarrada y flamenca, de Noemí de los Santos cantando la Salve «Olé, olé» al Simpecado de Isla Cristina. Una voz, una forma de cantar, que emana todo el sentimiento y el amor profundo que ella siente por la Virgen del Rocío y que siempre deja sin palabras a todo el que la escucha porque.. siempre, cante lo que cante, llega hasta los corazones de todo el mundo.
Así cuando siguió con una bulería ya la plaza se vino abajo y máxime cuando, cantando unas sevillanas, presentó a su hija, recién nacida, a la Virgen. Las lágrimas afloraron espontáneamente a todos los que pudimos vivir ese momento. Es difícil expresarlo con palabras, pero eso es ROCÍO, esto es lo que la Virgen quiere y lo que, sin duda, hizo Noemí: que todos los corazones se unan para abrazar a la Madre de Dios.