Retorno a Huelva después de mi estancia estival en Cataluña. Marcho con el mismo buen sabor de boca de costumbre. Sabemos que esa tierra es un crisol, en unos lugares más que en otros, de gente de casi todos los lugares del Estado. Desde las zonas en los que los catalanes de origen son mayoría hasta en los que lo son los emigrados, se produce el mismo fenómeno de acogida agradecida y gratificante. Mi apreciación, por experiencia, es que se trata de una gente hacendosa, esforzada y muy preocupada por lo que es suyo. Tanto en el caso de los naturales como en el de los que acudieron para mejorar sus vidas y sienten la tierra como cosa propia.
El fenómeno soberanista no ha envenenado en la convivencia entre los ciudadanos y como escribí recientemente, los catalanes están más preocupados por el desempleo, el alto número y cuantía de los impuestos y en muchos casos, por el pacto fiscal que no llega y ven como necesario. Hay catalanes –especialmente en el caso de emprendedores-, a los que molesta mucho la fórmula subsidiada en la que se vive en algunos lugares, especialmente en el agro, mientras a ellos se le acusa de “peseteros”. Se quejan –no sin razón-, de la imagen negativa que se ha fabricado de ellos y de cómo en muchas partes del Estado se les considera mal sin tan siquiera conocer su forma de vida, pensar y sentir.
Mentiría si no dijese que esas circunstancias del párrafo anterior lleva a esos catalanes –muchos de ellos venidos de otras partes del Estado hace muchos años-, a dudar entre qué les beneficiaría más, si la permanencia en lo que conocemos como España o la constitución de un Estado propio. La posibilidad de quedar fuera de la UE no preocupa demasiado por cuanto piensan –les pasa igual que a mí-, que una Europa con las actuales políticas no nos favorecen en nada. Conocida es mi postura abstencionista en las pasadas elecciones europeas y mi petición de renegociación del Tratado de Adhesión. Por lo demás, he encontrado la Cataluña de siempre, la del sano bilingüismo que se expresa más en castellano o español de lo que la mayoría de españoles pueda creer.
Es mi opinión que Cataluña es fácilmente ganable para la permanencia dentro del Estado. Bastaría con algunos gestos de acercamiento de las instituciones centrales. Si ello se produjese –jamás antes había visto un gobierno tan cerrado y torpe como el Mariano Rajoy-, se podrían lograr mayorías por la unión en niveles parecidos a los que existían antes del comienzo de este contencioso. Pero Rajoy se siente muy seguro en sus ideas y con el respaldo de las instituciones europeas y el último de Angela Merkel. Pero, de verdad, ¿es mejor mantener a Cataluña dentro del Estado español contra una voluntad mayoritariamente en contra o hacerlo con una mayoría favorable? Cometido el desacierto del órdago por parte del Sr. Mas –hoy entregado sin remisión a la hoja de ruta del hábil Junqueras (ERC)-, para el gobierno central sería más fácil de lo que parece dar el vuelco a la opinión hoy mayoritaria, con una negociación que dé a la generalidad de los catalanes lo que realmente quiere y que, en el fondo, no es la independencia.
3 comentarios en «EL LABERINTO.
Hasta luego, Cataluña..
[Javier Berrio]»
A D. Jordi Querol, de antemano, gracias por su adjetivación a mis comentarios. Veo que lo ha entendido perfectamente, de eso era justo lo que se trataba. Le molesta porque acaso digo ¿la verdad?. Se acabó el peloteo y le recomiendo que baje de la nube….a España la estamos tratando como si fuera «la furcia que nos molesta», y también eso tiene que cambiar. Sus sentimientos hacia España ¿Cuales son? o ¿acaso no es verdad que las Comunidades de Asturias, Canarias, Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura están en las antípodas respecto a Cataluña, Navarra, País Vasco o Madrid?…..la Adminstración del Estado basada en las Comunidades Autónomas pretendían que las más desarrolladas, ricas y fuertes, ayudaran a las débiles….o acaso también me lo estoy inventando. Si lo que digo es basto, baladí (del árabe=popular), disciplente y muy mal escrito, ello es posible, pero es MUY CLARITO, señor mío.
Un artículo interesante, serio, bien planteado, veraz, educado, actual y, sobre todo, muy bien escrito. ¡Felicidades Javier!
El comentario de Aurelio Pino Domínguez es otra cosa totalmente distinta. Es basto, inadecuado, baladí, displicente y, por cierto, muy mal escrito.
“Desde Barcelona”
JORDI QUEROL
Los catalanes, en el mundo del humor, tenían fama de avaros, o llamados también como peseteros, su afán ante los demás era simplemente el dinero (como si los demás españoles no lo fuéramos). Como broma, vale. Pero lo que ya no es indudable ante la opinión de la mayoría de todos los españoles, es que Cataluña y los catalanes «viejos» y los catalanes «nuevos» (del aluvión de españoles procedentes del resto del territorio no catalán y sus descendientes nacidos en Cataluña) han pasado a ser EGOISTAS, que quieren permanecer al margen de las necesidades de otras regiones menos desarrolladas y cito Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Asturias o Canarias. Su postura intransigente de o nos quedamos con todo o nos vamos, les marcará por siglos como gente de poco fiar cercana a lo indeseable. Y eso a pesar de que por estos lares haya mucho seguidor del Barça.
Esto al Sr. Mas y los Pujol les trae al fresco, porque se lo han llevado a Andorra y a otros paraisos fiscales, unas eran herencias y otras simplemente «ganancias». También por ahí andan los males de Cataluña.