(Texto: Miguel Angel Gea Rifá) A punto han estado ICAR y el Partido Popular de acabar como el rosario de la aurora. La bronca entre el alcalde, Juan Polo, por un lado, y el portavoz del equipo de Gobierno, Gabriel Maestre, por otro, ha empujado el acuerdo entre los dos partidos hasta el abismo. Tanto es así que el alcalde firmó un decreto que le quitaba a Maestre todas las competencias y lo echaba del Gobierno municipal.
La actitud de los concejales del PP ante ese decreto del alcalde demuestra a las claras qué intereses defienden los representantes de ese partido en el Ayuntamiento. La decisión de Polo tuvo como consecuencia que el grupo mu-nicipal del PP se partiese en dos: por un lado Maestre y Manuel Barroso, por otro Carlos Pérez y Constanza Pérez. Mientras los primeros se mantenían fieles al partido y pasaban a la oposición, los segundos se quedaban con el alcalde y renegaban del PP.
Al final, el calentón se quedó en nada y cinco días después de haberle quitado los cargos y competencias a Gabriel Maestre, Polo reculó ante el PP y firmó otro decreto para devolvérselos.
La guinda a esta situación la puso el alcalde metiendo en el Gobierno municipal a Mari Carmen (Susi) García, que se presentó por UPyD en las últimas elecciones municipales y, cuando consiguió ser concejala, no le importó lo más mínimo dejar en la estacada a ese partido y a sus votantes, eso sí, quedándose con el acta de regidora, a pesar de que ya no representa a nadie.
Ante la situación de crisis en el Gobierno municipal, Izquierda Unida, junto con el PSOE y el PP, presentó una moción para el pleno del Ayuntamiento de noviembre en la que se exigían explicaciones para que los vecinos y vecinas de Cartaya conociesen lo que ha pasado. En la moción también se instaba al alcalde a combatir el transfuguismo y, por lo tanto, a dejar sin efecto la inclusión de concejales tránsfugas en su equipo de gobierno.
Otra petición a Polo era que, atendiendo a la difícil situación política y económica por la que atraviesa el Ayuntamiento, abra un periodo de consultas con todos los grupos para conocer de forma individual y colectiva qué propuestas tienen éstos para superar esa situación.
La oposición acaba pidiendo al alcalde que abra cauces de mayor participación política de todos los grupos municipales sin distinción, así como para los ciudadanos y ciudadanas.
En lugar de dar explicaciones ante el pleno sobre la crisis, el alcalde, como es habitual en él, eludió cualquier responsabilidad en todo lo sucedido y no dio ni una sola explicación, negando así al pueblo de Cartaya el derecho a saber qué ha pasado y por qué.
(Miguel Ángel Gea Rifá es el portavoz municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Cartaya)