La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo ha destinado 34.351 euros y 6.541 euros a incentivar sendos estudios de viabilidad en Atlantic Copper y en Unión Salazonera Isleña (Usisa), en el que invertirán 286.0261 euros y 16.354 euros, respectivamente.

Según ha destacado el delegado territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Eduardo Muñoz, estos incentivos son dos de los siete que la Agencia de Desarrollo e Innovación de Andalucía (IDEA) ha concedido desde 2013 a empresas de la provincia para proyectos relacionados con la investigación industrial que tengan como objeto la generación de un conocimiento nuevo o tecnologías nuevas, o los que supongan un desarrollo tecnológico experimental para la obtención de nuevos resultados, a los que ha destinado un total de 347.043 euros.

El delegado territorial ha destacado que el Gobierno andaluz tiene en IDEA una herramienta perfecta para incentivar el crecimiento y la innovación empresarial en el territorio, por lo que ha recordado a los empresarios que la Junta de Andalucía ha puesto a su disposición recursos económicos para apoyar los negocios viables o que quieran realizar proyectos de consolidación y modernización a través de la Agencia, concretamente mediante incentivos y fondos reembolsables, en los que se encuadra la línea de I+D+i a través de la que se ha apoyado las inversiones de Atlantic Copper y Usisa.

En concreto, la primera empresa proyecta una planta piloto con el fin de estudiar la viabilidad de un nuevo proceso que permita reutilizar el efluente acuoso que actualmente se vierte al medio marino en la ría de Huelva, de manera que se alcance un nivel cero de vertidos. En el estudio de la planta piloto que se propone se evaluará la idoneidad de tecnologías como la ultrafiltración, la ósmosis inversa o la evaporación y cristalización de las sustancias contaminantes, de tal modo que permitan obtener una calidad de agua adecuada para su reutilización en los procesos internos de la empresa, eliminado así dicho vertido al medio marino.

Por su parte, la conservera emprenderá un diagnóstico de los diferentes procesos de producción de conservas de productos pesqueros para identificar en qué etapas se puede optimizar el consumo de agua y, en consecuencia, diseñar una estrategia que permita ser más eficientes y disminuir el impacto ambiental de su actividad, con el fin último de mejorar la competitividad de esta industria en el mercado nacional e internacional.