Este no es ningún artículo médico sobre este importante artilugio de nuestro cuerpo, no, se trata simplemente de reprochar (ya lo hice en otro artículo), con buenas maneras claro, al responsable de la elección de los personajes que sustentan el programa de TV-1 (no lo olvidemos, una cadena pública) denominado ‘Corazón’. El mencionado programa se emite a diario, treinta minutos antes del Telediario. Una hora propensa a la relajación y coincidente con la hora de comer.
Antes de las noticias de las 15h. (normalmente son tragedias) y durante el almuerzo un poco de trivialidad no estaría de más. La triple coincidencia sería bien recibida: comida, diálogo y al fondo (a todo color) historias de amores y desamores. Un coctel con ingredientes nada complicados, intercambio de información con mi mujer, buenas tortillas de berenjenas (y otras cosas claro) y a no mucha distancia, las primeras imágenes del día referentes al amor, que nada tiene que ver con suicidios, terrorismo y muerte: ¡No estaría nada mal! Sin embargo, la dirección del programa insiste en lo suyo: sacar repetidamente a personajes sin el adecuado nivel. Que cada día de la semana (quiero insistir en eso) tenga que compartir mesa con el señor Ortega Cano, ex torero, ex marido de Rocío Jurado y, dentro de poco, ex presidiario me sienta muy mal. Escuchar diariamente a este ciudadano y a su actual pareja no tiene ningún interés.
Después de él la consabida dosis de ‘Paquirrín’, un simpático chaval que ha tenido un montón de novias bellísimas y que está trabajando en lo que le gusta, sin embargo, escucharlo continuamente es muy aburrido. Del hijo se salta a la madre, una excelente cantante, que se perdió en Marbella pensando que había descubierto el paraíso y, aquello, era simplemente un nido infecto. Isabel Pantoja es una gran tonadillera que se ha pasado la vida cantando y, por tanto, fue muy fácil engañarla, no estaba preparada para una película tan fuerte. Escuchar sus coplas es sugestivo pero, hablar cada día de su estancia en la cárcel es pesadísimo. Después de estos tres personajes otro asunto que nunca falla, algo relacionado con la recientemente desaparecida Duquesa de Alba.
Desacuerdos entre sus hijos y, por descontado, las breves intervenciones de un singular personaje que siempre anda: su viudo. Un funcionario de Madrid que, según muchos, es una excelente persona, sin embargo, escucharlo tan a menudo, simplemente me atonta. Este grupo de personas es fijo, y desde hace unos pocos días el programa se remata con algo sencillamente aturdidor que me recuerda una vieja canción de Antonio Machín, titulada ‘Angelitos negros’ Me estoy refiriendo a los apetitos de la viuda del desaparecido Antonio Carrasco; le gustan mucho los negros y, naturalmente, sus novios los elige de este color. A mí, la decisión de esta peluquera me parece irrefutable, sin embargo, escucharla es pesadísimo.
Quiero terminar este artículo haciendo dos menciones, en primer lugar comentarles que algunos días el programa es idéntico al del día anterior. Creo que esto pasa los lunes y los días posteriores a ciertas fiestas. Después de estas jornadas no hay material nuevo y se repite lo emitido el día anterior. Finalmente, a los que han pensando sugerirme que cambie de canal decirles que tienen toda la razón. Es lo que hago la mayoría de los días.