El escritor onubense y colaborador de HuelvaYa, Javier Berrio, regresa tras un largo periodo de silencio editorial con la publicación de ‘Oferta callada’, su última obra. Un poemario biográfico cargado de «amor, desamor y del rencor que suele seguirle», explica el autor.
Después de su presentación el pasado jueves, 16 de abril, en el patio de la Diputación, Javier Berrio ha llevado este martes su ‘Oferta callada’ a la XLI Feria del Libro de Huelva.
Pregunta.- ¿Por qué ‘Oferta callada’?
Respuesta.- ‘Oferta callada’ es un poemario que cubre dos períodos de tiempo, el primero se describe poéticamente en el Libro I y se corresponde con los años 2008-2009. En él se le ofrece a alguien una oferta de ayuda que una vez realizada en más de una ocasión, se deja ser y vivir solo en la presencia, en los actos y en la mirada. El título nació en aquel momento y ha permanecido para el conjunto de la obra aunque, bien es cierto, que también se corresponde con la otra realidad vivida entre los años 2013-2014, parecida situación y similar respuesta, así que durante ese tiempo, otra vez, primero la oferta y después el silencio y la expresión abierta de los ojos. Pero oferta ya terminada, claro: la oferta ya no es solo callada, sino que está cerrada, finiquitada.
P.- ¿Cómo se gesta la obra?
R.- Como decía antes, el nacimiento del trabajo parte de esas vivencias -de ahí que el libro sea pura poesía de la experiencia-, y de las emociones que a partir de aquellos acontecimientos obraron dentro de mí. No es casual, nada se ha dejado a la ficción, sino que he seguido el proceso de pensamiento, sentimiento, emoción que culminan en la expresión escrita. Como ya he contado en otras ocasiones, la obra está escrita en Huelva en el grueso de su contenido, aunque parte ha encontrado su forma escrita junto a las aguas de Lloret de Mar, lugar para mí tan cercano por diferentes razones. Y por cierto, que el tono generalizante de muchos de los poemas, la pluralización, está concebida para que entendamos el poemario como tema universal que es más allá de los acontecimientos que puedan haber llevado a su creación.
P.- ¿Algún nuevo proyecto a la vista?
R.- Está a la espera de publicación de otro libro de poemas que espero vea la luz a lo largo del presente año. Su título es Templo de Espera y difiere notablemente a ‘Oferta callada’ en cuanto a la temática -no habla de amor, de desamor ni del rencor que suele seguirle-, sino más bien de esa espera que nos atañe a tantos seres humanos y que en múltiples ocasiones, carece de explicación o no responde a otra lógica que un proyecto vital indefinido. En el cajón, esperando su momento se encuentran otros dos trabajos terminados a los que ya daremos salida en su momento.
P.- ¿Cuándo comienza tu pasión por la escritura?
R.- Me recuerdo escribiendo desde bien pronto y todavía quedan por publicar mis primeros poemas, que en escaso número, aún conservo. A lo largo de los años son muchos los versos escritos y después destruidos por razones diversas, pero que, lamentablemente, ahora no están.
P.- ¿Tu primera publicación?
R.- La verdad es que mi primera publicación es tardía, hablamos del año 1983. Se trata de un breve poemario serigrafiado, de edición muy limitada e ilustrado por Faustino Rodríguez quien, curiosamente pero no por casualidad, es el autor de la portada de ‘Oferta callada’. Años después vendría ‘La Palabra’, en el año 2000, una suerte de selección de poemas escritos en diferentes años. Y en 2011, ‘Oblivionis Passio’, prologado por la autora Carmen Ciria y que trata una temática cercana a la obra que hoy nos ocupa.
Hay que tener en cuenta que he dedicado más tiempo público a la expresión plástica que a la escrita y ello ha hecho que se haya dado tanta distancia entre poemario y poemario.
P.- De entre todos los géneros literarios, ¿por qué poesía?
R.- Quizás por genética. Me explico: la poesía es una técnica que nace sola, que no me supone un ejercicio de toma de posición. Es como si el pensamiento se organizara de ese modo. Es curioso que diga ésto yo que estoy acostumbrado a escribir tantos y tantos artículos periodísticos. Sin embargo, cuando quiero hablar de la experiencia y de emociones, el discurso interior se dispone en forma poética.
P.- ¿Consideras que sigue estando vigente en un mundo en el que todo se resume en 140 caracteres?
R.- Naturalmente, como ha estado vigente a lo largo de toda la historia de la literatura por muchos y muy sofisticados que puedan haber llegado a ser los cambios en comunicación. Honestamente, reconozcamos que la poesía siempre ha sido minoritaria y va a seguir siéndolo en este mundo de los twits y en cualquier otro por venir. Pero ni más ni menos minoritaria que en otros momentos. La pulsión de la sensibilidad poetizada existirá siempre porque siempre habrá personas vibrando en esa onda. La poesía, sencillamente, es inevitable, tan inevitable como las emociones.
P.- Autores favoritos, los que te inspiran.
Respuesta.- Son muchos, como es natural, pero puestos a hacer una selección rápida, comienzo por los primeros, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Estas fueron, realmente y a temprana edad, mis primeras lecturas junto a las obras de Nietszche. Buen cóctel. Naturalmente, el muy canónico Luis Cernuda y siendo de mi generación, Kavafis y Walt Whitman. Y dejo para el final un poeta catalán quien, sin duda, ejerce fascinación sobre mí: el poeta de Sinera (Arenys de Mar), Salvador Espriu.
P.- ¿Para cuándo un libro en prosa?
R.- Durante la pasada Semana Santa comencé un trabajo en prosa que en cierto modo será una especie de addenda o de cierre a la herida que supone ‘Oferta callada’. No me gustaría quedarme con ese rencor, esa ira lógica a la que nos vemos impulsados quienes consideramos que hemos sido tratados injustamente. Eso es en principio Semana de Pasión y un día más –título más que provisional-, trabajo que puede ser concluido, dejado en la caja de las obras en espera o ser retomado nada más acaben estos momentos de atención centrada en ‘Oferta callada’.