Después de la aceptación que tuvo con «La vida fácil», Bernardo Romero vuelve a dejar constancia de su atractiva prosa con una nueva novela «Santos, asesino en serie». Con la anterior sorprendió a los lectores por su prosa ágil y directa, por la capacidad del autor para enhebrar un relato con sobrado realismo, sin apartarse de lo cotidiano por duro o sorprendente que pueda llegar a ser todo lo que gira a nuestro alrededor. En ese mostrar la realidad tal como es y apoyándose en apuntes de paisajes vividos y sentidos que atrapan desde las primeras páginas, radica la aceptación de un autor que afortunadamente continúa escribiendo, cosa que muchos dudaban por el conocido carácter de inestable de un artista polifacético que se califica a sí mismo como más observador o lector que como autor o creador, algo que muy a su pesar, lo es y sobradamente.
Por fortuna Bernardo Romero ha vuelto a escribir y Niebla Editorial se ha hecho con estas que no son en modo alguno sus últimas páginas, pues ya anda embarcado en otro proyecto literario y ha terminado dos obras teatrales, una de las cuales la compañía Tiflonuba, auspiciada por la ONCE, se estrenará este verano en Sevilla y se presentará en el Gran Teatro de Huelva a finales de octubre.
De momento y mientras sigue trabajando en nuevos proyectos, Bernardo Romero presenta este próximo jueves -once de junio en la Casa Colón a las ocho de la tarde-, «Santos, asesino en serie» (Niebla Editorial), en la que vuelve a mostrarnos su facilidad para narrar historias en la que los personajes muestran esa naturalidad que los hacen cercanos, y por lo tanto creíbles. En esta historia de situaciones límite, nada es ajeno al mundo que intenta testificar, como notario de su tiempo, un autor que se atreve a narrar lo que observa, lo que le rodea, en toda su crudeza. Sabe combinar momentos hilarantes con otros no exentos de dramatismo pero a los que lo natural y directo de la narración los hace cercanos y, sobre todo, muy comprensibles. Los personajes, al igual que ocurre con el ritmo que sabe imponer en las líneas de sus novelas, atrapan al lector y lo llevan página a página en volandas hacia unos finales siempre sorprendentes.
En «Santos, asesino en serie» Bernardo Romero nos presenta a un tipo al que la crisis lo enfrenta a un destino que se le complica desde los primeros compases de la trama. Santos reconoce ser un asesino, como ya avanza el título de la propia novela, o no. Deja el autor que la narración vaya ofreciendo al lector la posibilidad de juzgarle y decidir si, al fin y al cabo, Santos es culpable de los crímenes que desde un primer momento confiesa o simplemente es una persona a la que le suceden una serie de cosas que, como ya el propio personaje avisa, le pueden pasar a cualquiera. El lector será quién determine qué es lo que ocurrió con Santos y esos casos sin resolver que tanto dieron que hablar, hace sólo cuestión de cinco años en la Lonja de Frutas y Verduras de Corvera.