La casa museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez fue escenario el pasado viernes de una emotiva lectura poética con la que la Fundación del Nobel moguereño se sumaba al proyecto reivindicativo «Escritores por Ciudad Juárez», una iniciativa que quiere convertir a la palabra en remedio contra la violencia.
En septiembre de 2011 un grupo de jóvenes escritores comprometidos con la paz en la frontera de México, en el estado de Chihuahua, convocaron el ‘Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez’, un evento que pretendía acercar la palabra donde ésta era más necesaria para intentar que la violencia no consiguiese devorar los sueños colectivos. Por ello se buscó recuperar los espacios públicos, secuestrados por el miedo y provocar la convivencia donde se imponía el lenguaje de las armas, lo que desembocó en una experiencia sumamente gratificante, aún cuando se trataba de percibir una realidad muy dura, que comprometía por igual a quienes entendían que la violencia es siempre una agresión a la conciencia individual y colectiva, se produzca donde se produzca.
Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las acciones de este grupo de escritores es la difusión de sus postulados, ya que Ciudad Juárez quiere ser conocida por otras muchas causas y acciones que van más allá del constante recuento de víctimas en esta zona de conflicto, especialmente sacudida por el recuerdo de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.
Con este motivo desde 2012 se organizan recitales y lecturas en distintas ciudades del mundo, coincidiendo con la celebración del “Encuentro de Escritores en Ciudad Juárez”, como icono de todos los pueblos y ciudades que necesitan el aliento y la esperanza de un tiempo mejor. A estas lecturas que, desde la organización se sugiere que se celebren el 2 de octubre, fecha del citado encuentro de escritores en la ciudad mexicana, se ha sumado este año la Fundación Zenobia-Juan Ramón Jiménez organizando una lectura poética de homenaje a todos los que, en cualquier lugar del mundo, sufren el azote de la violencia.
Además del propio director de la Fundación del Nobel, Antonio Ramírez Almanza, también participaron en el acto los poetas Hammu, Juan Calle y Nicolás Capelo, además de Manolo Batista, Jesús Fernández Jurado y la propia guía de la casa-museo Pepi Gallinato. Todos juntos levantaron la voz por la paz en el mundo y contra las actitudes violentas que cada día están desgraciadamente más presentes en nuestra sociedad.