El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz interrogará este miércoles a la joven de Huelva que fue detenida ayer en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas cuando pretendía viajar a Siria para integrarse en las filas del grupo terrorista Estado Islámico (también conocido como DAESH), informaron fuentes jurídicas.
La mujer, que pretendía viajar a Turquía y desde allí a Siria, se llama María Cala Márquez, tiene 22 años y reside en la localidad onubense de Almonte. Según el Ministerio del Interior, había experimentado un proceso de conversión al Islam más extremista y mantenía contacto, a través de Internet, con yihadistas radicales. Según fuentes de la investigación, la joven almonteña mantenía contactos por Internet con un egipcio con el que pensaba casarse en Siria.
Los planes de la detenida de viajar a Siria pudieron detectarse gracias a las investigaciones que se siguen sobre las vinculaciones y comunicaciones que el grupo terrorista DAESH mantiene con residentes en España.
La joven vivía con su madre en el número 16 de la calle Federico García Lorca en un municipio de tanto fervor religioso como Almonte, lugar al que peregrinan cada año miles de personas con el objetivo de visitar a la Blanca Paloma en la ermita de El Rocío.
RÁPIDA CONVERSIÓN
Su proceso de radicalización fue rápido, cercano a lo que los especialistas llaman un ‘adoctrinamiento express’. Se trata de un fenómeno común desde la irrupción de las nuevas tecnologías en los procesos de captación. Se da especialmente en personas jóvenes. En cuestión de semanas pueden pasar de llevar una vida normal a querer dejarlo todo por hacer la yihad.
Las vecinas de Almonte que conocen a María dicen que era muy trabajadora y que nunca la vieron con velo o ropas de estilo musulmán. Una de ellas apuntó que este lunes la vio pasar vestida de negro pero «como va la gente joven». Todas han incidido en que era «una persona normal». Según dicen, trabajaba en un hotel junto a su madre.
Su deseo era dejar todo y marcharse al califato donde las mujeres son mayoritariamente tratadas como esclavas. Las fuerzas de seguridad tienen constancia de que al menos 130 personas han abandonado España en los últimos años para hacer la yihad en el extranjero. Lo más común es que se les ofrezca una vida idílica como mujer de muyahidin y al llegar allí se den cuenta de su error y quieran volver.