(Texto: Paco Morán) A veces, las historias no suceden por coincidencia.

A veces, detrás de unas palabras falsas, llega una decepción.

A veces, tras una imagen auditiva nunca sabes si hay una mentira o una verdad.

A veces, el destino quiere que dos personas se encuentren; pero la diferencia de seres y comportamientos acaban defraudando a una de ellas.

A veces, es mejor elegir a la familia antes que a un mal amigo.

A veces, es mejor no fiarse de las falsas palabras.

A veces, si te acercas a personas sin alma, acaban minando tu salud y moral.

A veces, cuando se trata de pactos empresariales, es bueno mirar el curriculum del que tienes al lado.

Benjamín Naranjo ya es historia en el Decano. Nunca es tarde si la dicha es buena. Es una certera frase que con retarde ha aplicado Benjamín.

No había mucho que pensar: mi familia o Comas.

Esta decisión creo que no debería tardarse ni un solo segundo en pensarla.

Uno pueda dar la cara por un amigo. Yo daría la cara con riesgo a que me la partieran, por un amigo cabal, fiel, honrado… En definitiva, algo que no tiene el amigo por el que Benjamín ha dado la cara.

Ha perdido más que ha ganado siendo presidente; pero ello no es óbice para decir que Benjamín es todo un señor que en esta fase de su vida fue sido seducido o abducido.

Todos los seres humanos tenemos derecho a equivocarnos y rectificar.

Benjamín ha intentado ayudar, si bien es complicado cuando no depende de uno y depende de otro que miente compulsivamente.

No lo digo yo, lo dicen los empleados y jugadores del Decano.