(Texto: Javier Berrio) Dicen que las elecciones del 20-D son cruciales. Añaden que puede ser difícil formar gobierno, que habrá que llegar a pactos para poder componer ejecutivo o, cuando menos, para la investidura. Y, o hemos perdido la memoria, o no queremos acordarnos de la historia de la restauración borbónica: en múltiples ocasiones en el Estado español se ha pactado para formar gobierno, para conseguir los apoyos suficientes en el parlamento. Lo único que cambia es que si en otras ocasiones la alianza ha sido con los partidos nacionalistas, esta vez y, salvo sorpresas, el compromiso tendrá que ser entre partidos grandes y no nacionalistas, excepto que alguno tenga la necesidad de llegar a acuerdos con los comunistas de Podemos, partidarios, como es sabido, del derecho a la autodeterminación.
Mi impresión sigue siendo que el PP ganará las elecciones con la suficiente claridad como para que a nadie se le ocurra negarle el derecho a que Rajoy vuelva a ser primer ministro, a que forme gobierno y que administre mediante un acuerdo o en minoría, tratando con las diferentes fuerzas políticas cada vez que lo precise. Ciudadanos, partido que se presenta entre lo social y el liberalismo puro será, y si no ya verán sus actuaciones parlamentarias-, básicamente lo segundo. La llamada regeneración democrática no se va a conseguir ni con las reformas que propone el partido de origen catalán ni las del PSOE, no hablemos ya del radical Podemos, disfrazado de socialdemocracia de última hora. ¿Quién y cómo va a solucionar la cuestión territorial? ¿Pedro Sánchez con su imprecisa y oscura federación del Estado? ¿Ciudadanos con su ultraespañolismo? ¿El PP con su continuo recurso a los tribunales sin la menor aportación política? Pues vean Vds.: dejar solucionada la cuestión de la estructura definitiva del Estado también es regeneración.
Por cierto, no olvidemos que para las reformas constitucionales que se están proponiendo hace falta una mayoría muy cualificada del parlamento y el sometimiento de la misma a refrendo popular: ¿se dará esa mayoría en las Cortes? Exceptuando el hecho de que van a aparecer en el parlamento nuevos partidos y que quizás desaparezcan algunos (UPyD) y otros queden en la mínima expresión (IU), realmente cruciales, cruciales, no son estos comicios. Cruciales serían unos comicios constituyentes, claro, pero no me parece que nadie vaya a redactar un nuevo texto constitucional, entre otras razones porque los partidos que pueden ser mayoritarios no llevan esa propuesta. O sea, que como no va a haber cambio de sistema, lo que está en juego no es más que la elección de otro gobierno que, en lo económico, llevará a cabo una política semejante a la actual entre otras razones, porque estamos bajo los mandatos de la UE, la vigilancia de Alemania y, cómo no, de los llamados mercados. Así que, de cruciales, estas elecciones, nada de nada. Si acaso, más entretenidas por la imprevisibilidad de los resultados según las encuestas aunque, las tendencias, aparecen claramente marcadas. Así pues, no esperen nada especial. Quédense en casa y no voten y cuando estos políticos vean que no representan a nadie, entonces vendrá el cambio que tanto anhelamos.
1 comentario en «EL LABERINTO.
Lo crucial.
[Javier Berrio]»
Dos subrallados hago a tu magnífico artículo:
Primero es que en estas Elecciones Generales nos jugamos mucho. El PP ya sabemos lo que ha podido dar de si, y tanto Pedro, Albert y Pablo están más verdes que la hoja de parra que se puso Adán delante de sus vergüenzas.
Segundo, que el dejar de votar no les preocupa a los políticos españoles lo más mínimo, pues al final el reparto de escaños (de todos los escaños sin excepción) se hará en la proporción correspondiente según los votos válidos emitidos. Bastó que votaran solo un 30% en Cataluña para aprobar el Estatuto que le puso en bandeja Zapatero a Artur Mas en la mismísima Moncloa, Estatuto que está lleno de incongruencias y desatinos, siendo recortado y enmendado por el Tribunal Constitucional. Ahora como no les vale a los auto denominados «solo catalanes»….pues aún siguen sin un Molt Honorable President de la Generalitat.