El anuncio de Río Narcea del cierre de la mina de Aguablanca, situada en el municipio extremeño de Monesterio, ha provocado una gran conmoción en Santa Olalla del Cala y Cala, localidades onubenses en las que hay algo más de medio centenar de empleados por la multinacional.
Aunque la mina está en el término municipal de la localidad extremeña de Monesterio, en la misma hay empleados de este municipio y de los pueblos cercanos de Santa Olalla del Cala y Cala, en la provincia de Huelva, y Real de la Jara, en la provincia de Sevilla.
Río Narcea ha realizado el anuncio de forma sorpresiva, cuando lo que había anunciado el pasado año era un incremento de sus inversiones y más empleo, con una actividad que se daba por segura hasta el año 2018.
Sin embargo, la crisis internacional de las materias primas, con una bajada espectacular del precio del níquel, ha provocado este cambio tan radical en cuestión de meses. La caída del precio del níquel está siendo tan acusada como la del petróleo, en especial por las expectativas de escaso crecimiento en las economías emergentes en el mundo, en especial de China.
En total son unos 400 trabajadores, entre los directos y los de contratas, los que se quedarían sin empleo.
El golpe económico para la zona es brutal y de ahí que se hayan comenzado a movilizar de manera urgente todas las instancias políticas, especialmente las extremeñas, con su presidente a la cabeza. Los sindicatos también han reaccionado de manera inmediata y la localidad sevilla de Real de la Jara incluso se ha celebrado un pleno para rechazar el cierre.
Hace tres meses la empresa presentó un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE), a la espera de la Declaración de Impacto Medioambiental (DIA), para dar continuidad a una explotación que hasta ahora había sido a cielo abierto y ahora pretendían continuar a través de galerías.