No ganamos para incertidumbre. Comas se resiste a vender y todos nos preguntamos el porqué no desea hacerlo. Las negociaciones no es que estén rotas, pero si ha entrado en una calma tensa que podría culminar esta semana.

El secuestrador del Recreativo de Huelva está recibiendo demasiadas presiones desde todas las vertientes y altas esferas (políticos, federativos, prensa nacional…) que le han debilitado tras su negativa a vender. Que es un cara dura y un fresco lo sabemos, pero el ser humano tiene una capacidad de aguante y Comas la está agotando.

Él sabe que sería un tremendo delito moral acabar con un sello de identidad de una ciudad y símbolo de un país.

De hecho, tres altos cargos del PSOE en Huelva están fuera de la ciudad para unirse a Felipe Cascajo en esa intención de salvar al viejo Recre.

A este punto y hora no hay más que dos salidas: o Comas se va a notaria con Felipe Cascajo o el Decano muere. Y esto sí que sería un delito imperdonable.

Además, el secuestrador no se va a ir con los bolsillos vacíos. Tiene una gran oportunidad de ganar algo de dinero y librarse de pagar una deuda de 22 millones de euros. Se llevará algo para su cuenta corriente o para su colchón. Esto es algo que no sabremos, ni tampoco estoy interesado en saberlo.

Creo que Comas acabará vendiendo, porque en el caso de no haber nadie que se hubiera ofrecido para dar garantías de supervivencia para el viejo Recre, todos habríamos tenido que sucumbir anta la falta de soluciones. En este caso, Comas tendría su justificación.

Pero no es este el argumento. Se abre una grandísima y única oportunidad de salvar al Recre, que unido a las presiones federativas, políticas y de interés social, el secuestrador acabará sacando del zulo al Recre.

Desde hoy se ha iniciado una campaña nacional para contar a España la verdadera historia de lo que está ocurriendo en Huelva con un símbolo único para una ciudad en la que tenemos muy pocos alicientes morales. Medios de comunicación nacionales, Federación de Peñas de España, asociaciones deportivas…En definitiva, contar que un señor quiere matar al Decano y otro salvarlo. Así de simple es la gran verdad que vivimos a este punto y hora en Huelva.

Esta semana y como estoy viendo este asunto, podrían llegar buenas noticias.

Posiblemente el manso sea Comas y no los onubenses, como él había dicho en alguna cacería.